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DE ‘CASTRA’ LE VIENE AL GALGO

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Por Alian Aramis ()

La Habana.- He visto mucha gente usando el término «cristash» y me he dado cuenta que Sandro Castro es influencer como su abuelo. Si te detienes a pensar, mira…

El abuelo empezó con 81 seguidores, los primeros reconocidos por la historia en embarcarse, por seguirlo.

Luego pasaron cosas, cuando Huber Matos vio que el abuelo de Sandro se estaba desviando hacia otro tipo de contenido lo dejó de seguir. Incluso dicen que «se cambió a otra red social».

Hubo otros influencers de la época que ya ni siquiera eran competencia. Echeverría hizo lo que sería ahora una directa. Luego, saliendo de la emisora Radio Reloj, le cerraron el perfil.

Frank, otro influencer que tenía una pila de seguidores, también dejó de ser competencia. Era el administrador de un grupo llamado «26 del 7, Santiago». La tiranía de Batista cruelmente no permitió que se le dejara más nada en visto.

Desapariciones y asaltos

A Camilo que según cuentan era el tipo con más seguidores le hackearon la cuenta, más nunca se pudo recuperar nada.

Un día el abu de Sandro incumplió las reglas de la red social. Asaltó el Moncada y le restringieron el perfil durante casi dos años por contenido violento.

Luego Batista, el Mark Zuckerberg de la época, le quitó las restricciones. El abu publicó contenido en su historia creyendo que la historia lo iba a absolver. Se defendió diciendo que él sólo estaba compartiendo contenido de otro, un verdadero creador de contenido y también influencer de todas las épocas: José Martí.

El abu inicialmente dijo que la visibilidad de su perfil se iba a utilizar para ayudar a los necesitados. Sin embargo, luego se empezó a quedar con las ayudas, tanto así que hoy en día su nieto se puede dar el lujo de andar tomando «cristash».

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