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Por Manuel Viera ()
La Habana.- Me gusta mucho escribir. Lo hago desde que era muy niño. De joven estrujé muchas novelas y cuentos por temor a mí mismo. Hoy siento pavor cada mañana cuando agarro el celular y sin pensarlo comienzo a escribir. No puedo parar de hacerlo. Es parte de mi vida.
Sueño con vivir en un lugar donde no tema agarrar un lápiz o presionar una tecla. Sueño con vivir en un lugar donde no tenga que calcular milimétricamente lo que escribo para que no me encierren.
Sueño con poder decir, sin miedo a que me puedan herir. Sueño con un lugar donde la ideologia no se trague mis sustantivos y adjetivos. Sueño con soñar sin miedo, a escribir sin frenos, a emocionarme con cada letra.
Sueño con vivir de nuevo, con disfrutar mis verbos. Sueño que vivo en un lugar donde no se teme a la letra.
Quiero escribir palabras libres, oraciones al viento sin que me tiemble la mano, sin que me miren mal, sin que me den consejos que no quiero escuchar. Sueño con huir de logros y conquistas que inmovilizan mis dedos. Sueño que escribo sin miedo, me río y soy feliz leyendo mi texto.