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CUANDO SATURNO ERIZA A LA HABANA

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Por Carlos Cabrera Pérez

Madrid.- La nota oficial de Díaz-Canel sobre la precaria salud de Alejandro, a quien ya solo trata como ex y no de compañero, como se dice en español, confirma que Saturno es el aliado perenne de la dictadura más vieja de Occidente y resucita el fantasma del verano de 1989, cuando los cubanos -erizados- descubrieron que Ochoa era el general más charlatán de las FAR, que Tony de la Guardia era un corsario aventurero y que Abrantes entretenía al comandante en jefe con chismes irrelevantes.

Obviamente, el tardocastrismo necesita la cabeza de un chivo expiatorio para su penúltima crisis, pues los informes del FARINT llevan meses echando humo sobre el malestar popular y los peligros de otro 11J, ante el naufragio perenne del comunismo de compadres.

Pero, si la «rigurosa investigación» detectó «corrupción, simulación e insensibilidad» en Gil, evidentemente, el Buró político, incluido el autor de la nota, es corresponsable de sus supuestas fallas; aunque no les pasará nada porque no hay nada más corrupto, simulador e insensible que la dictadura más vieja de Occidente.

¿Cómo es posible que la quinta mejor policía del mundo no haya detectado las desviaciones del compañero Gil? ¿Cómo es posible que el Buró Político y el autor de la nota hayan dejado deteriorar hasta límites insoportables el clima sociopolítico, sin percatarse de que uno de los suyos, como Robinson, estaba en la simulación y el relajo?

Si la destitución y arresto de Gil -que lleva días conviviendo con altos oficiales del FARINT en una casa de seguridad alambrada hasta el alero- significa el comienzo de una nueva política contra la corrupción, los próximos en caer serían Marrero, cruz de Cuba, y los especuladores hijos de Machado Ventura, trío que atesora sendos y abultados expedientes de negocios y uso indebido de los recursos del pueblo trabajador.

El problema de fondo es que las reformas posibles, sin tocar las bases del corrupto sistema, ya las hicieron Fidel y Raúl Castro Ruz y, desde hace años, toca asumir aquellas que no solo afectan a principios castristas, sino que llenan de miedo al general cocotazos, a Ramiro, a Machado el malo (Gerardo generó prosperidad, José Ramón desventuras) y así no hay manera que la economía genere prosperidad, que era la única fórmula para legitimar a Díaz-Canel, achicharrado políticamente en tiempo récord, en parte por la nefasta herencia y por sus escasas cualidades políticas y su falta de empatía con la gente. La orden de combate está dada, lo sepultó para siempre en el imaginario colectivo y ya solo es pasto de memes como Limonardo y las pobres víctimas de Río Cauto.

La reacción oficial no obedece a ningún afán informativo ni de transparencia, sino a que la noticia ya se había filtrado al «enemigo» y La Habana pretende controlar el proceso contra Alejandro, aunque sus esfuerzos serán vanos y llenos de melancolía. Porque la mayoría de los cubanos, hace años, no confía en el Palacio de la Revolución.

Como es habitual en un régimen erróneo y paluchero, Granma y Cubadebate discrepan en el tratamiento gráfico. El primero eligió el cartel patriótico de la loma de La Rampa, a los pies del malecón, cobijo de homosexuales y policías «búlgaros»; y el segundo una foto de Gil, que es un perfomance de la Ecotra*: El ahora becado por Villa Marista en camisa negra y un gran reloj visiblemente parcial, solo faltó subtitular: Reloj, no marques las horas porque voy a enloquecer…

Para desmemoriados y jóvenes nacidos en la crisis económica de los 90 made in URSS, el castrismo ha sido pródigo en devorar a sus propios hijos y, en los casos más conspicuos, asesinarles la reputación, como fueron los casos de Marcos Portal, a quien el autosuficiente en jefe acusó de su propio pecado, los apicultores Lage y Pérez Roque, embriagados con las mieles del poder; ¡menuda brorrachera!, y las víctimas de 1989, cuando Saturno devoró a parte de sus hijos y protegió a Raúl y Fidel Castro, obviando que fueron las FAR (Aldo Santamaría Cuadrado) y el partido comunista (Manuel Piñeiro) los pioneros en el involucramiento con el narco.

Al margen de lo que diga Díaz-Canel, Alejandro no es el cuadro virtuoso que vendieron a la opinión pública para poner a Murillo a fumarse unos, dos, tres, muchos habanos, ni el vanidoso, erróneo e insensible que ahora fabricarán. Es uno más, como la mayoría de ellos.

Y, cada vez que la casta verde oliva y enguayaberada saca a pasear a Saturno, siempre me pregunto, ¿con quiénes habrán aprendido estos muchachones a corromperse, simular y a ser insensibles? Quizá con Martí, con Maceo en Baraguá, porque -como ya sabemos- Fidel y Raúl son los monos de la maldita cadena y revolución es cambiar todo lo que deba ser cambiado, menos a ellos dos, el resto son prescindibles y hasta fusilables, aunque los Alejandros se crean que son intocables, al sentirse parte de la guara que desprecia y pisotea al pueblo cubano todos los días; sin saber que, en su pecado, llevan la penitencia verde oliva.

* ECOTRA: Empresa Consolidada de Otras Tareas Revolucionarias

 

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