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CUANDO HAY FASCISMO ES MEJOR CALLAR

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Por Arnoldo Fernández ()

Contramaestre.- Con el tiempo uno comprende que escribir sobre la vida de un pueblito de provincias en Cuba, es un tema agotado, reiterativo, intrascendente…

Si desde 2005 no has parado de narrarlo en crónicas, fotografías, videos, audios, libros, comprendes que hay muy poco que decir.

Mi último libro, “El grito de los desesperados», confirma lo que vengo sintiendo hace un tiempo, definitivamente tengo muy pocas cosas que narrar en cualquier formato sobre mi pueblo. Ya no es un asombro mostrarlo como lo hice en el pasado reciente.

Hay mucho dolor, frustración, desencanto… Lo siento cuando recorro calles a diario, cuando hablo con la gente, con los niños, cuando veo a los perros callejeros…

Antes sentía placer con mis estampas de lugares y personajes, ahora no puedo decir lo mismo. Es una amarga sensación, algo así como el fin de las historias que con tanto amor escribí.

Hoy reina un extremismo ideológico, una especie de fascismo que no admite lo diferente, no acepta la crítica y tiene una maquinaria empoderada tras falsos perfiles para difamar cuando no aceptas sus reglas.

Un poeta decía que era tiempo de escribir para el futuro, pues el presente es una guillotina que pende sobre la cabeza, tarde o temprano alguien inventará una mentira para cortarla.

Uno tiene que aceptar cuando las palabras no bastan, cuando el lenguaje visual está agotado, cuando la nostalgia es un país extraño, cuando no consigues mostrar un futuro como alternativa. Uno tiene que aceptar que cuando el arte y el pensamiento no tienen espacio para dialogar, es porque la mayoría de las libertades no existen.

Agradezco infinitamente a las personas que siguieron mis publicaciones en todos estos años. Algunas ya empezaron a irse de mi perfil porque sienten que no las complazco, otras esperan un despertar, ojalá y pueda complacerlas, ojalá, pero no tengo interés alguno en desgastarme contra una maquinaria que cada día más se parece al fascismo.

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