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Por Yoyo Malagón ()
Madrid.- El Real Madrid está en la final de la Copa del Rey y espera rival. Lo consiguió luego de un partido duro, de altibajos, de desconexiones, de fallos tremendos en la defensa, y de tirar de casta.
En eso de echar mano de la clase, no hay ningún equipo como el de la capital española, el que está del lado bueno, acá por Concha Espina y no por la ribera del Manzanares. Que se entienda bien.
Yo lo puedo decir, porque no tengo estrellas en ninguna parte, y nadie puede amenazarme. Pero da gusto hinchar por el Madrid, porque sabes que sufrirás muchas veces, pero terminarás ganando.
Esta noche fue así. Los de Ancelotti llegaron con un gol de ventaja. A veces es preferible que no arrastren ventaja alguna, para que no se relajen, pero el fútbol es así.
La Real Sociedad se adelantó temprano. Al filo del minuto 15 Barrenetxea los puso delante. Aclaro que delante en el partido, porque la eliminatoria seguía abierta y así fue durante otro cuarto de hora.
Entonces apareció Vinicius, quien le puso un pase precioso a Endrick, con tres dedos y mucha clase, para dejarlo solo ante Remiro. Endrick no soltó un metrallazo como aquel de la ida que quemó el travesaño.
Está vez vio salir al arquero y le lanzó el cuero por encima, con sutileza infinita. También con clase. El Madrid empató el partido y volvió a verse en la final. Pero alguno hasta durmió una siesta. ¡Vaya mal!
Así pasó el descanso y arrancó la segunda parte. Todo estaba tranquilo, el Madrid seguía en la final, pero la Real Sociedad se robó la iniciativa, presionó, buscó el arco rival y tuvo premio.
Pablo Marín se había ido hasta la línea de fondo y pegó un derechazo hacia el área pequeña del Madrid, buscando un compañero que rematara, pero la pelota pegó el Alaba, quien la desvió y la mandó a la red.
El Madrid encajó el golpe, pero seguía con vida, no estaba fuera de la final. Pero ocho minutos después, un tiro, al parecer inofensivo de Oyarzabal, volvió a pegar en Alaba, se fue al poste y hacia adentro.
Los de Ancelotti se quedaban fuera, pero esa opción no sienta bien a los blancos y unos instantes después, se fue Vinicius por la izquierda y puso un centro precioso a Bellingham y de nuevo con vida.
Si bueno fue el pase del brasileño, mejor y más espectacular fue el remate del inglés. Era el minuto 81 y la eliminatoria estaba empatada. Pero Tchouaméni marcó el tercero en el 82 y ahora se iba la Real.
Así llegó el 90. Camavinga le entró fuerte a Kubo, el árbitro sacó amarilla y en la falta remató Oyarzabal para el 3-3 que forzó la prórroga.
La Real estaba agotada en la prórroga y parecía querer los penales. Ancelotti hizo hasta cuatro cambios, entre ellos Arda Guller y Antonio Rüdiger. El primero botó un corner en el 114, y el segundo, casi desde el primer palo, le cambio la dirección y a la final.
El rival del Real Madrid saldrá del partido de este miércoles entre el Atlético de Madrid y el Barcelona, que se jugará en el Metropolitano.
En la ida ambas escuadras empataron 4-4.