Enter your email address below and subscribe to our newsletter

¿CÓMO EXPLICARLE LA BANCARIZACIÓN A UN NIÑO?

Comparte esta noticia

Por Mkc Cerralvo

La Habana.- Papá, cada vez que cobraba, le daban su dinero. Este compraba un dulce a su niño en la casa de un vecino que los hace muy sabrosos. El niño siempre esperaba ansioso ese día para disfrutar su regalo. Después de la bancarización, que es para “mejor», ocurre lo siguiente: papá ya no recibe dinero en la mano, se lo dan a un “señor” muy correcto que se llama Banco, para que se lo cuide y papá no haga cosas indebidas con su dinero.

Cuando papá va a pedirle una parte de su salario para comprar el dulce del niño, este “señor” Banco, muy respetuoso él, le pregunta ¿Para qué quiere su dinero? Papá le dice que para comprarle un dulce a su hijo.

El señor le pregunta que a dónde o a quién se lo va a comprar. Papá le explica que al vecino que los hace muy sabrosos. Entonces el señor le dice a papá que le pida un papel al vecino, con nombre y datos del “señor” Banco que le cuida el dinero a este vecino, para entre “señores” acordar la compra del dulce. Papá va a ver al vecino y este le dice que él no tiene “señor” que le cuide su dinero, que lo guarda en una cajita bajo el colchón.

Papá regresa a ver al “señor” que le cuida su dinero y le explica. El “señor” le dice que eso está mal, que no puede ser así, y que si ese vecino no tiene quien le cuide su dinero, esos dulces que hace son mal habidos y no los puede comprar. Que no le puede dar su dinero y que busque a otra persona que haga dulces que tenga un “señor” que le cuide su dinero.

El papá comienza a buscar esa persona. Finalmente encuentra a un dulcero que tiene un “señor” que le cuida el dinero. Se pone muy contento. Le pide el nombre de su “señor”, sus datos y vuelve a ver al “señor” que le cuida el dinero a él.

Este al verificar que todo está en orden, le hace una llamada al otro “señor” y arreglan la compra del dulce entre “señores” que cuidan dinero, para que todo sea correcto y no se haga nada indebido.

Papá va otra vez a ver al nuevo Dulcero a buscar el esperado dulce de su niño, y tan pronto lo recoge va para su casa muy feliz. Al llegar a la casa, el niño casi en hipoglicemia toma su dulce para comerlo, pero lo rechaza porque no le gusta. Papá lo prueba y sale molesto a recriminarle al Dulcero que se lo vendió.

Al llegar, le dice que el dulce sabe a rayo, que lo pruebe, el Dulcero le dice que no hace falta, que él conoce que sabe mal y le explica que el dulce no tiene azúcar.

El papá molesto le grita que cómo va a hacer un dulce sin azúcar. Y el dulcero le dice que no puede comprar azúcar, porque el que le vende el azúcar no tiene, ni quiere un “señor” que le cuide el dinero.

Deja un comentario