Enter your email address below and subscribe to our newsletter

Comparte esta noticia

Por Eduardo Díaz Delgado ()

Los hicieron retroceder. Ese día, para mucha gente, todo empezó a cambiar. Algo se rompió y para la gente que tuvo el privilegio de haber sido valientes y sorprenderse con la sensación de que sí se puede, para esa gente fue el cielo.

Imágenes como esta me generan cierta envidia de la buena. Después de eso muchos se han aventurado, los hemos dejado solos.

Ese día, mucha gente se acompañó a ser libres, a sentirse que sí podían y a descubrirse imponiéndose al orden represor.

De verdad quisiera algún día estar en un momento así, y que no quede en una cosa de cinco personas.

El miedo de ser uno de esos cristos que hemos dejado en los clavos, es lo que más nos paraliza, porque bastamos unos pocos para hacerlos retroceder.

Ese día y lo de Nuevitas… Ese día no me sentía orgulloso, no sabía qué estaba pasando, ni siquiera estaba claro en qué era dictadura y si Cuba lo era. Pero cada vez que veo este tiempo de escenas me siento orgulloso del elenco…

Es una sensación que me encantaría sentir en primera persona. En algún momento pasará.

Deja un comentario