Por Ernesto Ramón Domenech Espinosa
Toronto.- Ayer en la noche asistimos, en un repleto cine de Toronto, a la exhibición de la película «Plantadas» del realizador Lilo Vilaplana Fue una noche de encuentros y saludos con esa parte del exilio cubano en la ciudad que sigue haciendo y ayudando para la causa de una Cuba Libre.
En poco más de dos horas asistimos a una emotiva combinación de imágenes, sonidos y palabras que se adentra como nunca antes en una parte importante, pero silenciada, de la Historia de la Nación: El Martirio y el Horror al que fueron sometidas cientos de mujeres que dijeron No a la Dictadura Castro-Comunista que se nos impuso.
Valerosas mujeres que asumieron, desde el compromiso y la entrega, la lucha cívica o armada para reivindicar las ideas de la Libertad y el Humanismo. Mujeres que resistieron con voluntad de hierro tanto el dolor físico como psicológico (quizás el más agudo) que se materializaron en golpizas, violaciones, electroshocks, pésima alimentación, celdas de castigo, suspensión de visitas familiares, acoso a los familiares y amigos.
Sin embargo, todo eso y más, no quebrantó el espíritu de nuestras Mujeres, seres humanos especiales cuando de resistir el dolor y el golpe se trata. Mujeres cubanas a las que le debemos gratitud y respeto incondicional por la entereza y el amor demostrado a su país.
Cuando terminó la proyección, con un nudo en la garganta y lágrimas en los rostros de muchos de los asistentes, y por varios minutos, todo el público de pie aplaudió en forma de agradecimiento a Lilo Vilaplana y a las dos Ex-prisioneras políticas (Genoveva Canaval y Maritza Lugo) que de buena gana aceptaron una charla con los espectadores.
Solo agregar mi invitación a buscar, ver y difundir esta película. La Historia que en «Plantadas» se narra no es una ficción, no es un cuento del pasado. En pleno siglo XXI, en este preciso instante del 25 de Septiembre del 2023, en Cuba sigue operando la misma Dictadura que llegó al poder en 1959 a través de la Mentira, el Robo y la Violencia y que desde el 11 de Julio del 2021 ha condenado a la Prisión Política a más de mil personas, decenas de mujeres entre ellas, por el único delito de Gritar Libertad y reclamar sus Derechos ciudadanos.
A todos ellos, mi innegociable compromiso de continuar en esta lucha por el Fin del Régimen que los ha condenado a encierro injusto y por la reconstrucción de una Patria Nueva, Democrática y Próspera.