Enter your email address below and subscribe to our newsletter

Comparte esta noticia

Por Luis Alberto Ramirez ()

Miami.- Miguel Díaz-Canel afirmó este viernes que “solo el socialismo puede crear un mundo mejor”, al conmemorar el aniversario número 108 de la Revolución de Octubre. Una frase que, en boca de un líder moderno, suena más a sarcasmo que a convicción.

Esa manera de razonar, o de mentir descaradamente, tal vez habría tenido efecto en los años ochenta, cuando aún había ilusos que creían en el espejismo del “hombre nuevo”. Pero hoy, después de ver los resultados devastadores del socialismo en el mundo, solo los envidiosos, los vagos y los vividores del esfuerzo ajeno pueden creer semejante disparate.

Lean lo que escribió este idiota en su cuenta de X «Los comunistas y todos los que militamos en el bando de los revolucionarios, los que luchan todos los días por el mundo mejor posible que solo el socialismo puede crear, celebramos la Revolución de Octubre con emocionado respeto. ¡Arriba los pobres del mundo!» ¿a estas alturas?

El discurso de Díaz-Canel no es una simple muestra de ignorancia, sino de cinismo político. Decir que “solo el socialismo puede crear un mundo mejor” mientras el pueblo cubano sobrevive en ruinas, con apagones interminables, hospitales sin medicinas, salarios que no alcanzan ni para el pan, y miles de cubanos huyendo cada mes del país, es una burla monumental. Es como lanzarle una piedra al sol y esperar que le haga daño.

El mismo disco rayado

La realidad es que el sistema que él defiende ha sido un fracaso rotundo dondequiera que se ha intentado aplicar. Ningún país socialista ha prosperado sin recurrir al capitalismo disfrazado, y Cuba no es la excepción. El régimen de La Habana sobrevive gracias a las remesas que envían los emigrados, los mismos que el sistema expulsó, a las ayudas internacionales, y a la explotación de los médicos y trabajadores enviados al exterior como mano de obra esclava del siglo XXI.

Mientras tanto, Díaz-Canel sigue repitiendo la misma letanía de consignas vacías, como si el eco de la vieja propaganda pudiera tapar el hambre del pueblo. Pero ya nadie se deja engañar. Ni siquiera los suyos. Los cubanos saben que el socialismo los condenó al atraso y que los únicos que viven bien en esa isla “igualitaria” son los jerarcas del Partido y sus familias.

Decir hoy que el socialismo puede crear un mundo mejor, cuando el propio socialismo ha destruido el suyo, no es una muestra de fe ideológica, sino de desvergüenza. Miguel Díaz-Canel no defiende una idea, defiende un privilegio: el de mantenerse en el poder a costa del sufrimiento de millones.

Cuba no necesita más discursos huecos sobre justicia social. Necesita libertad, trabajo digno, instituciones honestas y un gobierno que no se alimente del sacrificio del pueblo. Lo que Díaz-Canel llama “socialismo” no es otra cosa que miseria organizada. Y lo que él llama “mundo mejor”, no existe ni siquiera en los sueños de los que todavía creen en su mentira.

Deja un comentario