El comunismo necesita gente especial

Por Eduardo Díaz Delgado ()

Madrid.- El comunismo es una ideología que necesita gente especial. Y cuando digo “especial” no lo digo como cumplido.

Se necesita una elasticidad tremenda —en la lógica y en la moral— para seguir creyendo en algo así y al mismo tiempo ser sincero consigo mismo. No hablo de los comunistas de conveniencia, los que viven del sistema, los que lo defienden porque les da de comer. Esos son simples oportunistas. Hablo de los otros, de los que lo asumen como filosofía de vida, de los que lo predican como si fuera una religión de justicia.

Porque, vamos a ser honestos: hay que ser muy ingenuo o muy corto de pensamiento para intentar explicarle a un venezolano lo que es el comunismo venezolano. O para defender la “revolución” frente a un cubano que la ha sufrido en carne propia.

Y es muy curioso que la mayoría de esos defensores vive en países donde tienen agua, luz, transporte, comida, sanidad y hasta internet garantizados… siempre que los paguen, claro. Pueden elegir la calidad de lo que compran, pedir una hamburguesa a domicilio y que llegue caliente, pagar sus facturas en línea y seguir viviendo tranquilos. Y estamos hablando de clase media, de la cualquerita.

Mientras tanto, en Cuba o en Venezuela, hay gente que paga y no tiene nada garantizado. Ni electricidad, ni agua, ni transporte, ni siquiera atención médica. Viven dentro de un apocalipsis económico y moral.

Y aun así, desde la comodidad de su sofá, hay quienes se sienten con autoridad para hablarles de lo hermoso que sería el sistema que los tiene hundidos.

Por eso digo: el comunismo necesita gente especial. Muy especial.

Y con estos dos memazos de mi hermano Yisuz de Nasareth , te dejo la reflexión. Porque si no nos reímos, terminamos llorando.