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Molinos de nieve y sueños de cartón

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Por Manuel Viera ()

Un día ella, ella, aquella fulana, se fue. Se fue y se llevó un retoño. Se fue pero siguió aquí. Se fue pero viene y va. Y lleva ojos tristes para allá y carga como hormiga para acá .

Ella se fue pero hoy su sueño es poder vivir aquí como vive allá. Ella se fue pero aquí sigue su casa, aquí sigue cerrado el local del negocio, y siguen apagadas las máquinas y las luces. y la secadora de pelo y el split.

Y se va vacía del alma con la tristeza en la maleta, y regresa alegre y cargada de bultos y nuevamente se va. Y viene y pinta de verde esperanza su casa y de nuevo se va, de negra tristeza.

Cada vez que la veo me habla, me cuenta de lo duro de aquello, del comienzo y del final, del invierno, de la Navidad, de la renta y del idioma. Cada vez que la veo repite lo mismo.

-Me fui para tener futuro -me dice.

Y ahí recordé y me reproché, y fui mal padre, mal marido, y me senti mal porque me quedé. Me quedé y me opuse, y critiqué y usé mi lanza contra gigantes ideas de cartón y me enredé y dejé de entender. ¡Dejé de entender!

Si ahí sigue tu casa, si ahí cerrado sigue el negocio, si no paras de volver, si ese avión se va siempre triste, si no quieres ideas de cartón, si tu sueño siguen siendo palmas entonces, entonces, ¿quien está persiguiendo sueños?

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