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Por Luis Alberto Ramirez ()
El puesto a dedo cubano acaba de afirmar en el X pleno del PCC que su régimen se encuentra en una situación de guerra. Según el “mandatario”, a la revolución cubana le han declarado la guerra las grandes transnacionales de la comunicación y la información. Estas juegan un papel cómplice para destruir la revolución.
Luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijera que le iba a hacer una propuesta al régimen de la Habana que no podrían rechazar. Esto se interpretó como clara advertencia política. El supuesto presidente cubano afirmó que, y cito: «Somos un país en guerra. Otra vez el imperio apuesta a una crisis política y social que desemboque en un estallido (…) lanzan todos sus medios para subvertir, confundir y desorientar».
Sin embargo, el temor es evidente, porque ellos saben que esta administración no amenaza en vano. Según algunos entendidos en esta materia, la propuesta es simple: “te vas o te sacamos”.
Pero, apoyado en la obligatoriedad del pueblo cubano en defender al régimen, el ‘homeless’ pidió unidad y firmeza ante una invasión del “enemigo”. (No sé a qué se pudiera haber referido que no sea una invasión de dólares).
Incluso, el tipo dijo que era crucial la necesidad de mantener la «unidad» como «prioridad absoluta». También sugirió que la supervivencia del régimen dependía de ello.
«Defender la unidad es la prioridad, porque la existencia misma de la Revolución depende de ella», recalcó.
¿Unidad de quienes? Se le olvidó mencionar las protestas recientes ante los cortes de luz prolongados. Esto demuestra que esa unidad no existe; pero su retórica apunta claramente al temor del régimen de un nuevo estallido popular como los vividos hace ya cuatro años.
En todo el pleno del PCC la narrativa del enemigo externo volvió a ser utilizada. Esto sirve para justificar la precariedad generalizada y reforzar el control ideológico y represivo. Fidel Castro siempre lo hizo así, y aunque Diaz-Canel es una copia de aquel, como lo es una copia china de un teléfono IPhone, esta vez no es Fidel. Esta vez el mal olor ha llegado a Miami, porque están cagados.