Enter your email address below and subscribe to our newsletter

Elon Musk y el nuevo partido: ¿traidor o mesías?

Comparte esta noticia

Por Carlos Carballido

Desde que Trump pierde —o le roban— las elecciones del 2020, el sentimiento del votante conservador o independiente se volvió anti-establishment. A tal punto, que la encuestadora Gallup encontró que el 63 por ciento de ambos grupos se inclinaban por la necesidad de un nuevo partido.

Trump no quiso hacerlo, aunque sus leales más cercanos se lo imploraban. Quizás porque no había tiempo o sencillamente por asumir la creencia (a veces irracional) de que el sistema electoral estadounidense funciona mejor debido al bipartidismo.

Trump perdió una oportunidad, y lo he analizado muchas veces. Ahora Elon Musk, que sí sabe aprovechar el descontento político de muchos MAGA e independientes, lanza la idea de crear un partido antisistema al que denomina America Party.

Algunos lo ven como traición y otros como una más de sus excentricidades. Pero, al parecer, el magnate está dispuesto a hacerlo, sea por convicción o por perreta contra el aumento de casi 5 billones de dólares del Gran y Hermoso proyecto de Ley impulsado por Trump.

¿Es ya una realidad? Solo en la intención, porque aún no se han dado los primeros pasos, que serían la presentación de su plataforma, el registro en cada estado —lo cual exige que entre el 3 al 8 por ciento de los electores estén afiliados a la nueva organización—. Esto tomará tiempo y recursos, y por lo menos no veríamos candidatos oficiales hasta el 2028 o incluso el 2032, en caso de que Musk realmente lo oficialice.

Finanzas y medios del lado de Musk

Sin embargo, una fuerza política como la que propone Musk podría fácilmente impulsar candidatos antisistema para el medio término del 2026 y tener un respaldo mediático sin precedentes en una de las redes sociales más poderosas del planeta. Y lo haría de manera gratuita y mediante el uso de algoritmos, además de la invisibilización de campañas de políticos del establishment.

Muchos dicen que los terceros partidos no funcionan. Hay unos 238 en EE.UU. (incluido el Comunista), pero solo el Libertario, el Constitucionalista, el Verde y el Reformista han podido llegar a la boleta presidencial —sin apenas resultados.

En el caso de Musk hay dos elementos que podrían inclinar la balanza: el apoyo financiero y mediático, sin necesidad de editorializar, y del otro lado, el cada vez mayor descontento del electorado conservador e independiente por los rumbos que está tomando la política americana.

Lo que propone Musk es una mezcla necesaria, pero con peligrosas infiltraciones de agendas globalistas: de un lado, gobierno pequeño, reducción de la deuda nacional, mayor libertad de expresión, control férreo de la inmigración y eliminación del wokismo en la sociedad americana.

El problema está en el otro extremo: tolerancia y apoyo al orgullo LGBT, aplicación de la agenda verde y eventual implementación de la moneda digital, que podría acabar con la libertad individual.

La historia se repite

Si me piden mi opinión —más allá de las emociones— diría que sí es necesario otro partido político que nos represente mejor que lo que hasta ahora tenemos: uno radicalmente izquierdista y otro hipócrita que vota la mitad de las veces junto a su oponente.

Pero… ¿es Musk el indicado? No sabría decirle. Lo que sí puedo asegurar es que, de seguir el juego político manejado por el Deep State, vamos por mal camino.

Al final, y de concretarse, el posible nuevo partido lo único que podría conseguir es entre 2 a 3 congresistas y hasta 5 senadores. Y aunque usted crea que son pocos, piense que pudieran decidir las casi parejas votaciones que tenemos en ambas cámaras, gracias a los RINOs que apoyan a los demócratas.

Si esto es traición o perreta, ya no importa. La política americana le ha dado la espalda a We the People, y ahora lo que hay que preguntar es si valdrá la pena o no. Yo, por placer de venganza, me gustaría ver qué sucede. El enemigo de mi enemigo (RINOs) puede que le permita ser mi amigo.

Y si la historia se repite, no será la primera vez que un mesías digital termine traicionando a sus seguidores… pero tampoco sería la primera vez que el sistema subestima a un outsider con demasiado poder.

Deja un comentario