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Por Christian Arboláez ()
Hace unas horas compartí la noticia del trágico accidente ocurrido en el peaje de Varadero, con más información confirmada, vuelvo a escribir… no para repetir lo mismo, sino para tratar de entender, aunque sea un poco, la magnitud de lo ocurrido.
Cerca de las 6:00 p.m. de ayer, un auto particular que salía de Varadero rumbo a Boca de Camarioca impactó violentamente contra el muro separador, justo frente a la garita de cobro. El golpe fue tan fuerte que el vehículo se partió en dos. Una parte del auto salió despedida y la otra, lamentablemente, se incendió.
Dos personas perdieron la vida en el acto. No hay palabras que puedan explicar lo que se vivió allí. Solo quienes estuvieron cerca pueden describir el sonido seco del impacto, las llamas, los gritos… y el silencio que quedó después.
Aún no se saben las causas exactas del accidente, pero las autoridades ya están trabajando en esclarecer los hechos.
Lo que sí sabemos —y debemos repetir— es que en medio de tanto dolor, no es correcto compartir imágenes donde se vean los cuerpos de las víctimas. Duele decirlo, pero en las últimas horas muchos han difundido esos videos en grupos y redes. Y no. Eso no es información. Eso es más dolor.
Cada persona que perdió la vida tenía una familia, tenía amigos, tenía una historia. Merecen respeto. Y sus seres queridos, también.
Desde este pequeño rincón, solo me queda enviar un abrazo a quienes hoy lloran. No están solos. Que la tristeza nos sirva, al menos, para despertar un poco más de humanidad.