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Por Roberto Viltres

La Habana.- Cuando el mensaje resulta incómodo, el aparato estatal cubano aplica su estrategia más recurrente: desacreditar al mensajero. Esta vez, el blanco de sus ataques es el doctor Miguel Ángel Ruano, quien contribuyó a exponer el mal diagnóstico que recibió el niño Damir en el Hospital Juan Manuel Márquez de La Habana.

Mientras el menor recibe ahora una atención adecuada en un hospital de Miami, el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) arremete contra quienes han evidenciado las grietas del sistema de salud cubano.

“Me sacaron en el Menticiero de la telivisión cubana de hoy”, denunció el doctor Ruano en sus redes sociales. “Al bagazo, poco caso. Lo que les duele es que nos veremos en las audiencias de la corte y en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Me les convertí en un peligro y se les acabó la guachafita”.

La respuesta de la dictadura no se hizo esperar. En una declaración de la Sociedad Cubana de Medicina Física y Rehabilitación, se acusa al doctor Ruano de haber violado “de forma sistemática y pública los principios más elementales del comportamiento de un verdadero profesional de la salud”.

Se le señala de difamar a colegas y a instituciones cubanas, así como de mantener una “línea agresiva y de mentira” en sus publicaciones.

Pero el intento de desacreditación ha chocado con la incredulidad de la población. La crisis sanitaria es un hecho tangible y la falta de insumos y medicamentos se ha convertido en una realidad cotidiana en la isla.

Cubanos en redes sociales han reaccionado con indignación ante el intento del régimen de ocultar las deficiencias del sistema de salud.

“Están muriendo personas y niños porque no llega a tiempo la asistencia médica”, comentó un usuario. “No hay ni vitamina C en las farmacias, ni guantes, ni agujas, ni hilo para suturas. Todo lo tienes que llevar tú o te mueres”.

Manuel Martínez Campos, otro médico cubano, ha sido categórico: “Qué vergüenza, a esto nos exponemos todos los médicos que intentamos hacer buena praxis en un país sin recursos. Les pido a mis colegas que recuerden el caso de los médicos de Bayamo, el olvido a los médicos secuestrados y asesinados. Los próximos en ser expuestos en Cubadebate por intentar salvar vidas con brujería seremos nosotros”.

Lo cierto es que la crisis sanitaria en Cuba ha sobrepasado los límites del silencio del régimen. Los testimonios de médicos y pacientes revelan un sistema colapsado, donde la falta de insumos básicos convierte la práctica médica en una tarea de supervivencia.

Mientras el régimen se esfuerza en desacreditar a quienes denuncian la situación, la realidad se impone con un mensaje contundente: el sistema de salud cubano ya no es el estandarte que solía ser.

A continuación, le dejamos en el siguiente enlace la declaración de la Sociedad Cubana de Medicina Física y Rehabilitación.

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