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UNA LECCIÓN A SANCHO PANZA
Por Víctor Ovidio Artiles ()
Caibarién.- ¡En días como hoy cuestiono tantas cosas! Ayer estaba recordando aquella canción infantil que decía: «El betún de Sancho Panza (Panza, Panza)/ Fue a ver a ver a su mujer (mujer, mujer)/ Porque no tenía dinero/ Para comprarse un café (café, café)».
Tuve que dedicar unos minutos a analizar el tema. ¿Cómo podía el inefable Sancho poseer una lata de betún si no tenía dinero ni para un café? Puede ser posible pues en un kiosco del barrio venden un «cacharrito» de betún a mil 100 pesos. Si el pobre gordo compró uno, con razón no tiene veinte pesos para comprarse un café.
En esas divagaciones andaba cuando decidí que debía hacer algo para rescatar mis zapatos de trabajar.
Ante la falta de betún, están más blancos que la Reina de los Hielos. Convoqué a la 46ta Jornada del Innovador. Vinieron Aniristas de seis municipios. El resto se ausentó por falta de combustible y de zapatos limpios.
El Forum de Ciencia y Técnica fue fructífero. El representante de Ranchuelo, Ramón Prieto, presentó un betún de calabaza pero fue rechazado pues no aporta color. El compañero de Santa Clara presentó un producto derivado de la cáscara de frijol negro que fue rechazado por el alto costo de producción.
Sin alarde, el trabajo ganador fue el nuestro. Pusimos en alto el nombre del municipio. La propuesta fue un betún fabricado a partir de la ceniza de carbón. En pos de su generalización les explico:
1- Poner un trapo viejo en el piso.
2- Apuchurrar la ceniza de carbón
3- Cernir la ceniza hasta dejarla en polvo
4- Derretir media vela. (En el proceso de derretido puedes pedir algo a los santos)
5- Echar la cera hirviente sobre el carbón y batir.
6- Agregar catorce gotas de Diesel y poner a enfriar.
7- Lavarte las manos y meter un pinchito en las uñas para eliminar el color negro.
Fue un éxito. El tribunal quedó estupefacto cuando vio que el betún funcionó, hasta su poquito de brillo da y no embarra. Recibimos el diploma «Anirista destacado» y la invitación para el Forum Nacional. ¡Aprende Sancho Panza (Panza, Panza)!
