Por Yolanda Molina Pérez ()
Pinar del Río.- Podríamos decir que existen en Cuba varios mundos paralelos -desde la mirada matemática-, pero no cumplen con la condición de mantener la misma distancia entre sí, en todos los puntos; es más, casi a diario se alejan y hasta bifurcan con destinos muy diferentes.
Restaurantes de alta gama, tiendas especializadas, cócteles exquisitos, habitaciones de lujo, mansiones, autos que compiten con los que circulan por las ciudades más modernas del mundo, son elementos cotidianos para algunos; otros ni siquiera pueden acceder a las plataformas digitales en las que los primeros ostentan y hasta sugieren copiar su estilo de vida.
Esa realidad de magnificencias, no duele, en lo personal, ni siquiera me incomoda que se encuentre en un plano inalcanzable; la que sí me lacera y muy profundamente es la de las familias cuya alternativa para evitar ayunos prolongados es hacer una comida al día, las que ni siquiera logran ese propósito…
Hiere en el alma el incremento de personas en las calles pidiendo ayuda, los que revisan en contenedores de basuras buscando entre desechos fuente de ingresos y cómo obtener el sustento…, los cuerpos enjutos, los rostros marchitos, el miedo que como halo los circunda y la desesperanza.
Descalabra el espíritu que el apagón, abasto de agua, basureros, precios, inestabilidad de la menguada canasta familiar normada, distribución de gas licuado sean temas que primen en las conversaciones a nivel de calle, barrios y centros laborales.
Y si cuesta lidiar con todas estas carencias, mayor es el desafío de estar alerta ante el posible consumo de drogas, porque ya es un riesgo real; que la voz se quede en falsete al hablarle a los jóvenes del futuro, porque hay pocos asideros para la ilusión, miran, ven el esfuerzo de los que le rodean, pero no encuentran que haya fructificado el sacrificio, sino un incremento de las penurias y aumento de las incertidumbres.
Las promesas no se comen, ni iluminan, ni real ni metafóricamente; menos si de forma reiterada se alejan o convierten en decepción; las palabras bonitas pierden la miel de la seducción cuando de sólo escucharlas aflora la incredulidad, porque es “lo mismo con lo mismo.”
Vivimos en extremos, con diferencias sociales acentuadas, y sin ignorar lo que está ahí afuera, (crisis económica post pandemia, conflictos bélicos con alta incidencia sobre el mercado mundial y bloqueo de Estados Unidos a Cuba) hay una repetición de errores que no se corregirán con su sólo enunciado, hay que cambiar los modos de hacer y es hoy, ya vamos tarde, es comprensible que todavía persistan seres extraños a la premura, porque desconocen la urgencia del vacío en mesas y bolsillos; del desazón de acumular impotencia, frustración y desilusiones.
Es pertinente aclarar que esto no es en alusión a vagos o portadores del síndrome del pichón, me refiero a quienes trabajan arduamente, a los que no renuncian a dar lo mejor de sí y a pesar de ello, no es suficiente.
Para los amantes de las justificaciones y creadores de podríamos estar peor, sí, me duelen los niños palestinos que mueren bajo metralla y los de África que fenecen víctimas del hambre o enfermedades prevenibles y no quiero eso para los nuestros, pero tampoco deseo que los jóvenes universitarios abandonen sus estudios para trabajar de meseros o mensajeros, que un niño de 12 años que vive en una isla nunca haya estado en una playa y que alguien cercano a los 30 confiese entre avergonzado y dolido, que ninguna vez ha dormido en un hotel, porque su familia, obrera jamás supo lo que eran vacaciones.
Centrémonos en lo verdaderamente importante, que ideológicamente nos daña mucho más que se viva mejor de una remesa que con el salario de un profesional con grados académicos y vasto historial de consagración; prohibir la comercialización oficial del “paquete” no hará otra cosa que implicar a un gran volumen de ciudadanos en una actividad ilícita -por cierto, entre la élite económica, lo habitual es la televisión por cable- y ocupémonos de crear productos comunicativos atractivos para nuestros públicos y que una empresa local no promocione su 20 aniversario con un spot con carteles en inglés, que ya quisiéramos tuviese en países anglófonos un destino para sus productos.*
La ideología es una expresión intangible de lo material, démosle sobre que erigirse para que justicia y equidad crezcan sin ataduras, y así se aumente las posibilidades de que esos mundos paralelos, como establece la matemática se unan en un punto, con preferencia, ubicado en las cercanías de la prosperidad.
NOTA ACLARATORIA: Se esclarece que las nuevas regulaciones no impiden la reproducción de audiovisuales, por lo tanto, no es ilegal la copia de películas, series y otros materiales de un soporte digital a otro, de esa forma sigue siendo legal la circulación del «paquete», nombre con que los cubanos hacen referencia al conjunto de materiales de este tipo que circulan semanalmente.
