LA CASTA DEL MARABÚ Y LAS AMARGAS VERDADES CUBANAS

CUBALA CASTA DEL MARABÚ Y LAS AMARGAS VERDADES CUBANAS

Carlos Cabrera Pérez

Majadahonda.- La casta verde oliva y enguayaberada tiene un problema serio con la realidad al vivir ciegos y sordos; como demuestra cada pronunciamiento oficial, reflejando un divorcio notable entre la vida real y el enjuague mentiroso de las alturas de Siboney y adyacentes.

El tardocastrismo carece de proyecto y sensatez y cada nueva ocurrencia es sustituida en pocos días por otra vieja y peor. Gobernar implica tener un programa e intentar cumplirlo entre un 60 y un 65 por ciento, pero esa clase no debe impartirse en la Ñico López ni en la academia militar Máximo Gómez.

Un modelo político del siglo XIX; con prensa y partido únicos, con un jefe espiritual o un coro de esclavistas al mando, carece de viabilidad práctica en el mundo contemporáneo, por mucho que se afanen los componedores de bateas por bendecir calabozos y marabú.

En la economía ocurre otro tanto, la estatal es una ruina perniciosa y la privada que consigue burlar todos los cercos, imprime un dinamismo coherente con la mentalidad de los cubanos sensatos y necesitados.

¿Alguna vez el Buró Político se ha cuestionado porque en uno de los países que más capital humano creó en Hispanoamérica se viva tan mal?

Pero claro, la respuesta oficial es que todo es culpa de Estados Unidos y su embargo comercial, que entorpece financiaciones y comercio; como hace el propio gobierno cubano con pymes y minipymes que no son timbiriches de generales y altos funcionarios civiles.

Este dato es explosivo porque de teniente coronel para abajo; salvo contadas excepciones, los guardias se están comiendo a Nicolás en marcha atrás y directores de empresas llevan años instalados en el trueque y el invento porque cuando consiguen rentabilizar su entidad, viene el estado comunista y se lleva las ganancias para mantener la ruinosa estructura burocrática de pioneros por el comunismo.

La destrucción de los sistemas de salud, la educación y la protección social son claros indicios del naufragio tardocastrista, que es una herencia nefasta del invicto comandante en jefe que, en su chochez, impuso una matriz energética anticubana e ilógica.

Desde la caída de la Unión Soviética, la mayoría de los cubanos no consigue vivir de su salario y la solidaria emigración ha sustituido los subsidios soviético y chavista

La dictadura más vieja de Occidente se limita a resistir a la espera de un milagro, mientras recita periódicos viejos, recauda todo lo que puede por diferentes vías, pide como una monja mendicante y miente sin recato.

No sabemos si los partes de la Contrainteligencia y el viejo Equipo de opinión del pueblo ha sido sustituido por las misas brujeras de Lis & Amaury, pero cada vez que alguien del gobierno abre la boca, sube el precio del pan desde el cabo de San Antonio hasta la punta de Maisí., porque lo que un día fue el pueblo está harto de todos ellos y no les cree, ni siquiera cuando dicen una verdad, rodeada de mentiras.

Intentar vender la energía renovable, como la salvación, además de una tontería solemne y alineamiento con la secta woke, es un acto de cinismo político inaudito porque cualquier ciudadano medianamente informado sabe que las matrices energéticas deben ser mixtas y, en el caso de países con abultada factura petrolera; como es el caso de Cuba, no debe descartarse la energía nuclear, por mucho que los melones (verdes por fuera, rojos por dentro) la desvirtúen.

La única manera de que un país empobrecido y pequeño sea viable es mediante la promoción y defensa a ultranza de la libertad, la democracia, la riqueza y la justicia social; cualquier otra vía carece de realismo práctico y sensibilidad.

Si alguien asume el trabajo de revisar las hemerotecas estatales cubanas verá que, en los últimos 35 años, el gobierno anuncia que la salvación está próxima, pero Cuba cada vez está peor y muchos cubanos que desearían vivir en su país, solo tienen la opción de exilarse o inxiliarse.

Menos mal, que Fidel Castro, avisó en fecha tan temprana como enero de 1959*, pero casi nadie escuchaba:


(…) «Por algo las dictaduras no quieren libertad de prensa (…) Quien dice libertad de prensa, dice libertad de reunión; quien dice libertad de reunión, dice libertad de elegir sus propios gobernantes libremente. (…)
(…) ¿»Cómo vamos a decir: esta es nuestra patria, si de la patria no tenemos nada? Mi patria, pero mi patria no me da nada, mi patria no me sostiene, en mi patria me muero de hambre (…) Será patria para unos cuantos, pero no será patria para el pueblo. Patria no solo quiere decir un lugar donde uno pueda gritar, hablar y caminar sin que lo maten; patria es un lugar donde se puede vivir, patria es un lugar donde se puede trabajar y ganar el sustento honradamente (…)
(…) «la tragedia de nuestro pueblo ha sido no tener patria. Y la mejor prueba, la mejor prueba de que no tenemos patria es que decenas de miles y miles de hijos de esta tierra se van de Cuba para otro país, para poder vivir, pero no tienen patria. Y no se van todos los que quieren, sino los pocos que pueden…»

*Discurso de Fidel Castro el 4 de enero de 1959 en Camagüey.

 

 

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