LA LUZ ILUMINA PORQUE ES SU ESENCIA

La Habana.- Son curiosos los mecanismos que utiliza la luz para cumplir con su karma y las reacciones diversas que provoca. Pongamos ejemplos:

Al mediodía, nos tapamos los ojos para no ver la luz y nos protegemos bajo techo.

Con la luna es diferente. No tiene luz propia, pero es tan bella, que no podemos menos que admirarla y sucumbir a sus encantos.

¿El apagón?… Desencadena nuestro lobo interior y nos impulsa a buscar la luz, la que nos toca porque somos seres humanos, pertenecemos a esa especie pensante, creativo-destructora, que inventó la corriente eléctrica y encendió la Tierra sin pedirle permiso a otro planeta.

Con la verdad sucede lo mismo… A rajatabla, duele.

Inducida, es admirada porque parece que menciona a otros y no te toca su parte más áspera y cortante.

Cuando no está y la mentira cree sustituirla con éxito, entonces la verdad brilla por su ausencia y se presenta destruyendo cualquier argumento contrario.

Luz y verdad…

Cuba se abandona a si misma, mientras la luz, como seguidor en el teatro, hace que el actor no se pueda esconder. Todo se ve… los gestos sobreactuados, el miedo interior, el maquillaje con todas sus costuras.

Con la luz no se juega. Con la verdad, tampoco.