Por Esteban Fernández Roig Jr. ()
Miami.- Para mi Joe Biden era insignificante. Jamás le presté atención. Era solo un politiquero mentiroso y plagiador. Eso era todo. Sólo sabía que tenía un obsesivo y enfermizo deseo de ser presidente de Estados Unidos.
Por “insignificante” fue que Obama lo escoge como Vice y por la misma razón, por considerarlo dúctil y manejable, decidieron postularlo para presidente. Y a través de miles de maniobras y marañas llevarlo de la mano a la Casa Blanca.
Donde único me equivoqué (y muchos se equivocaron, inclusive demócratas) fue en creerlo “inofensivo».
En la actualidad lo considero extraordinariamente peligroso por su total aceptación, obediencia, sumisión al grupo de comunistas que le otorgaron la presidencia de esta gran nación.
Y encima de eso, ante nuestros ojos se ha quitado la careta de unificador y enseña lo que verdaderamente es: un tipo terco, camaleónico, engreído, intolerante, senil, demente, atrevido y “mano muerta” con mujeres y hasta niñas.
Todos los sueños de quimeras de los izquierdosos de convertir a la más prodigiosa nación del mundo en esclava de la hoz y el martillo se están convirtiendo en realidad a través de este anciano turulato, socarrón y resabioso.
Pudo haber terminado su carrera política como una incógnita, y nunca hubiéramos sabido quién verdaderamente era. Al final de la jornada pudo vivir tranquilo, sin que supiéramos de donde provenía su fortuna, cuidando a sus nietos y a sus perros.
Sin embargo, ahora corre el riesgo de convertirse en el enemigo público número uno de la nación que lo eligió senador eterno y presidente cogido con alfileres.
Y a veces creo que al considerarlo un viejo decrépito me estoy equivocando y que en realidad no sea una marioneta sino un tremendisimo y consciente HP.
Post Views: 64