Por Anette Espinosa
La Habana.- Los medios oficialistas cubanos lo tuvieron todo muy fácil para montar sus ediciones de este jueves, porque en su totalidad se refieren a lo que sucedió en la Asamblea Nacional en la jornada anterior, algo que podían haber adelantado desde hace semanas.
Salvo ligeros cambios en las nomenclaturas del Consejo de Estado y en el de Ministros, todo lo demás siguió igual y se pudo haber preparado desde mucho antes, incluso darle la tarea de escribirlo a los periodistas estrellas de cada una delas redacciones.
Estaba cantado que Miguel Diaz Canel y Salvador Valdés Mesa serían ‘reelegidos’ para otros cinco años al frente del país. Pero cómo no iban a ser escogidos de nuevo, si solo podían votar por ellos los delegados. No había en la boleta otro nombre, otra opción, ninguna candidatura alternativa. Además de que, según las biografías, hicieron un gran trabajo en los cinco años pasados, incluso, siempre según sus semblanzas, le pusieron nombre a ciertas políticas y estilos de trabajar.
De Díaz Canel recuerdan que suyo es aquello de la ‘resistencia creativa’, en relación a su propuesta de aguantar la miseria a como sea, pero lastimosamente olvidaron otras frases, como ‘la limonada es la base de todo’, o los sobrenombres que el pueblo le ha puesto, o su afán por convertirse en meme en cada momento.
De Valdés Mesa dicen los medios que ha creado un nuevo estilo de trabajo, el de ir por los municipios a encontrarse con la gente, además de haber llevado todo lo relacionado con la producción de alimentos, un argumento suficiente para condenarlo de por vida, porque en la Cuba de hoy la escasez de alimentos no tiene comparación con ninguna etapa anterior de la historia.
Los medios no solo reseñan estas cosas, o dicen que Manuel Marrero seguirá al frente del Gobierno, algo que también estaba cantado, sino que llevan de elogios al primer ministro, que lo único que ha hecho en cinco años es aumentar el tamaño de su ya voluptuosa barriga.
Y ni hablar de la presidencia de la Asamblea, ratificada en su totalidad. Todo estaba cantado, amarrado, decidido, por lo tanto, los medios pudieron trabajarlo todo con anterioridad, montarlo y solo darle ‘publicar’ cuando los encargados de contabilizar los votos anunciaran ‘emocionados’ su reelección.
La farsa no podrá ser igualada jamás. No se encontrará en la historia de Cuba ni en la de la Humanidad una similar. No hacía falta movilizar personas, gastar el escaso combustible en mover a los diputados desde todas las provincias, ni abrir hoy las tapas de Granma o de los periódicos de provincia con aquello de ‘Reelecto Fulano o Mengano’. No. ¿Para qué? Si al final todo iba a seguir igual, y no por obra y gracia del pueblo sino por el inmovilismo de la dictadura en su afán de mantener el poder.
La prensa cubana da pena. Pero no es nuevo, es el fruto de una política de años, de un periodismo pastoril, que lleva a todos hacia el mismo lugar, por la obligación de seguir las orientaciones que viene de arriba y que no permiten cuestionarse nada, incluso ni especular. ¿Por qué ningún medio especuló antes de la Asamblea con la posibilidad de reelección de uno u otro personaje? Sencillo, porque desde arriba dijeron que de eso nada.
En fin, si eres de los que lee la prensa cubana para saber cómo manipulan o mienten, hazlo hoy y te darás cuenta de que no te hizo falta seguir las sesiones televisadas de ayer, porque todo es la misma mentira, la misma manipulación.
