Por Esteban Fernández Roig
Miami.- Los Virgos somos mayoría, pero quizás ustedes no sepan el motivo.
La respuesta es muy sencilla: fuimos engendrados durante las Navidades.
Vaya, las Christmas representan la época en que se disipan todas las broncas, las divergencias, todo es paz y amor.
Ese mes todos somos más comprensivos, más cariñosos, evitamos discutir, somos totalmente amables y amorosos. Y desde luego, hasta los abstemios se dan sus tragos.
Yo les escribí sobre el día de mi nacimiento, pero me falta darles a conocer detalles del momento glorioso en que fui concebido.
Ya en agosto mi padre había cumplido 45 años y desde hacía rato había llegado a la conclusión de que era hora de fabricar un “Estebita”…
El 16 de Diciembre se apareció en la casa con una caja de regalos que contenía un deshabillé rosado, precioso, carísimo y una botella de sidra El Gaitero.
Mi madre ruborizada le dijo: “Ay, Esteban, tú sabes que yo no tomo, y no tengo dinero para reciprocar este bellísimo obsequio, no tengo con qué pagarte “…
Mi papá, con muchas millas recorridas, le dijo: “Sí, Anita, mi amorcito, tú tienes mucho con qué pagarme, mira, pruébate el deshabillé que fui hasta El Encanto en la Habana a buscártelo”…
Sirvió la sidra y remedando a Enrique Santiesteban le dijo: “¡Ana, bebe de mi copa, pequeña!”
Y nueve meses más tarde llegó, a la calle Pinillos esquina a Soparda, otro Virgo al mundo”…
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