Enter your email address below and subscribe to our newsletter

NO HAY MAÑANA SIN HOY

Comparte esta noticia

Por Manuel Viera

La Habana.- Cuando comenzaba la pandemia del coronavirus, mi esposa y yo decidimos crear una guardería para niños. Una guardería que nos permitió vivir durante ese tiempo y que poco a poco ha ido creciendo.

Como algo curioso, en Cuba se exige que las guarderías privadas tengan una educadora por cada seis niños . Y digo curioso porque, en las estatales, una educadora parece una gallina que empolló los huevos de muchos nidos y debe cuidar hasta una veintena de pequeños en condiciones materiales e higiénicas que distan mucho de las de una guardería privada, espaciosa y bien pensada.

Allí tampoco van cada mes los inspectores de higiene a revisarte hasta las uñas y a preguntarte hasta la marca de detergente que usas para lavar los platos y cubiertos. Bueno, allí por lo general no hay ni detergente.

Pero, a lo que iba: con mucho esmero, mi esposa preparó a una ayudante y la enseñó durante meses. La muchacha llegó a ser excelente pero unos meses después le llegó el parol. En ese momento la situación se nos puso muy difícil y luego de contratar y despedir durante semanas a varias personas que no fueron aptas para el trabajo, hace un mes logramos contratar un par de jovencitas que no llegan a los 20 años pero con un interés de trabajar enorme.

Han aprendido todo a la velocidad de la luz y junto a mi esposa han formado un equipo excelente, sin embargo una tiene puesto el parol y la otra se prepara para emigrar definitivamente a un país sudamericano en unos meses. O sea que en un par de meses volveremos a cero y unos 20 menores quedarán nuevamente sin sus «seños».

Y ahí es donde uno comprende cuan jodido está este país. Ahí es donde uno comprende porqué todos quieren huir de aquí. Porque si eso me sucede a mí en un negocio muy pequeño, cómo será en un país del que sale cerca de medio millón de personas en un año. ¿Cómo será en un país en el que tú preguntas a cualquier estudiante, a cualquier jovencito, cuáles son sus planes y, con toda seguridad, te responde «irme pal yuma». Yo mismo tengo dos hijos de 18 años que no se visualizan a sí mismos en Cuba. Se sacaron pasaportes y aun no terminan el preuniversitario.

No hay futuro. Ustedes, que se dicen a sí mismo dirigentes de esto, mienten cuando hablan de futuro. Este es un pais destinado a perecer ante la negativa a cambiar las verdaderas causas del problema. Este es un pais que se desgasta poco a poco, que se diluye, un país que no va hacia ningún lugar.

Hablar de futuro, de mañana, en una Cuba bajo los mismos ideales que la han traído hasta aquí y que han obligado a huir a su pueblo desde el mismo comienzo es una falsedad, una mentira burda y, en el más ingenuo de los casos, una utopia. Sin hoy no hay mañana. Sin presente jamás habrá futuro.

Deja un comentario