Por Ulises Toirac
La Habana.- A ver… No del todo. Me hicieron caso en lo de cremarme. Siempre tuve claro que no quería hacerle ese daño al medioambiente. Gusano que me comiera no la iba a pasar nada bien y planta que se nutriera de mis despojos, con toda seguridad iba a dar unos frutos to fuñíos y probablemente dañinos para la salud del pájaro que le metiera el pico. Así que se gastaron la plata y los trámites, hicieron la cola, sobornaron y lograron reducir 184 centímetros de persona a 13 de urna.
Pero en el resto se hicieron los chivos con tontera. Yo dejé claro que quería que se subieran en la azotea del hotel nuevo que estaban haciendo en 23 y esparcieran mis cenizas. No. Nada romántico o lleno de amor por mi ciudad. Quería joder a la mayor cantidad de gente posible alcanzando un buen radio de acción desde bien alto y sé que no iban a poder conseguir una avioneta. Si no hay para los mosquitos, no iba a haber para mí. Yo soy objetivo en mis deseos.
De eso nada. No solo me dejaron en la misma urna de Servicios Comunales sino que finalmente la pusieron encima del televisor.
Chico…. A ver si me entienden. ¿Tú sabes lo que es tener que echarme obligado toda la programación? ¿Los programas en los que critican lo que no es y alaban lo que tampoco? ¿Tener que echarme la Mesa Redonda a empujones y Con Filo sin piedra de amolar? Ni las películas… porque están dando las que yo vi vivo! ¡Vaya, para qué!
¿Qué mal le hice yo a la humanidad, caballo? Yo sé que no me merezco el Paraíso…. ¡Pero coj*** esto pasa de Infierno! Dante, broder…. ¿qué anillo es este, asere?