Por Irán Capote
Pinar del Río.- Hoy, mientras esperaba por la llegada del camión que llevaría la mudanza de un amigo, sentado entre cajas y bultos, me puse a pensar en que con esta, he pasado por mi cuerpo cerca de veinticinco mudanzas en apenas diez años. La mayoría han sido mías. Las otras de mis amigos.
Sumar esa cifra puede ser un dato notable en mi curriculum vitae: “Estibador con casi diez años de experiencia”.
Puede reírse, no tenga pena. Yo también lo hice en medio de la reflexión. “Es lo que hay”, me dije. Alquileres y mudanza es lo que toca por ser campesino devenido en profesional.
Mi amigo hacía hoy su segunda mudanza porque es nuevo en este sistema de alquileres, en los que yo, sin jactarme, siempre digo que tengo una maestría.
Me gusta apoyar a mis amigos en esos movimientos porque puedo dar ideas, indicar pautas en la organización y distribución de las cosas en el camión. Y luego en las casas, casi siempre, de precarias condiciones.
Vamos, que cuando se trata de mover a los amigos, me cojo la mudanza para mí solo.
Sin embargo, cuando se trata de las mías, no sé qué hacer. Me pongo en modo: “esto está pasando de nuevo”… “¿Dónde pongo todas las cosas?” ·Es ahí cuando necesito ayuda especializada. Llamo a Ainelys, que sí tiene máster en meter una casa entera dentro de tres cajas. Y Ana que sabe dar escoba en las esquinas y plantar un almuerzo para “los estibas”. O a Milena Saav, que sabe en cuantos riquimbilis caben las cosas de una casa de un artista. O a mi madre Marielis, que siempre me dice lo mismo: “No vayas a dejar nada regado por ahí.” Arasay hace todo lo de los hombres y lo de las mujeres.
Daysi es otra que se ha ido sumando en el algoritmo de rentas y capacidades de maletines y se sienta en una butaca a decirte: “Si tuviera veinte años menos, quitaba aquellas telarañas”, mientras le indica a Mongo que dé martillo aquí. Y cierre un hueco allá. O Dorys, que está al detalle de cómo puede distribuirse todo bien en un cuarto pequeño. Y Aliocha que pinta y pinta paredes sin parar.
Carlos sabe cuando la cosa es de taladros y carga con sus herramientas y con un camión de paciencia.
En fin, que además de artistas, hemos ido adquiriendo otras habilidades para la vida. Cuando menos se lo esperen, fundamos la primera Mipyme de mudanzas en Pinar.
Hoy ha sido largo el día acompañando a mi amigo en su nueva renta. Y aunque no era mi mudanza directamente, no pude evitar sentir esa sensación de desalojo.
Hay un viejo mito que dice que ver pasar un camión de mudanzas es una bendición, que augura algo bueno…. Vaya usted a saber. Yo, por si las moscas, me brindo siempre a mis amigos para eso.
Hoy, como un buen saldo del día, conocí a Tony, Tu Amigo Tony, el de Aventuras con Tony, Reflexionando con Tony. Un inteligente creador de contenidos en Facebook (Que de paso recomiendo a que lo sigan) que también tiene 34 años y ha vivido casi tantas mudanzas como yo. Y es lo que toca, creo. Es lo que toca por ser guajiro y decidir ser profesional en este país.