Por Anette Espinosa
La Habana.- Un donativo de leche en polvo proveniente de Francia llegó a Cuba. Hasta ahí todo está normal, porque cada día llegan al país donaciones de cualquier lugar del mundo, de personas, instituciones y gobiernos que se solidarizan con las necesidades de los cubanos, y con los lamentos de un gobierno incapaz.
Yo no veo televisión, pero sí sigo a muchos youtubers que escudriñan cada información que sale en los medios, sobre todo en la tv. Uno de ellos, Luis Dener, me alertó sobre lo que trae escondido el acto de entrega de la donación: hay anemia generalizada entre los niños de Cuba, algo de lo cual solo nos enteramos porque un francés nos lo dijo.
La entrega de 98 toneladas de leche entera se produjo, simbólicamente, en el Ministerio de la Industrial Alimentaria, y estará dedicado a niños de entre seis meses y dos años de las cinco provincias más orientales del país: Las Tunas, Holguín, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo. Eso quiere decir que al instante en que un niño cumpla dos años, ya no recibirá más esa leche, ni ninguna otra.
«Este componente de la leche es muy importante, porque tenemos, en particular en el oriente del país, unos niveles de anemia que son muy altos, y la leche, en este caso, es una de las soluciones para mejorar la dieta y lograr que bajen esos niveles de anemia», dijo el encargado de hacer la entrega, cuyo nombre no aparece en el despacho de la televisión cubana.
Instantes después, una funcionaria, vestida con una guayabera roja al más puro estilo de la dirigencia cubana, salió al paso a las palabras de su antecesor, aunque al principio, como no podía ser de otra forma, agradeció por la donación.
«Apreciamos este gesto de cooperación que redundará en beneficio de la población infantil menor de dos años en las provincias orientales, en momentos difíciles tras el paso de la covid-19, el ciclón Ian, las secuelas de la sequía y en las medidas coercitivas unilaterales impuestas por el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, las cuales se han ido incrementando y son el mayor obstáculo para el desarrollo sostenible en mi país», dijo.
Este párrafo es una falacia total y absoluta y muestra una vez más que al régimen no le gusta quedarse dado, y justifica lo injustificable. El covid-19, que no pasó, como dice la funcionaria, porque no es un huracán, no tiene nada que ver con la escasez de leche. A las vacas no les dio esa enfermedad. El ganado desapareció antes, hace mucho tiempo, fruto de las políticas erradas del castrocomunismo.
Tampoco tuvo nada que ver el huracán Ian, que solo afectó una pequeña franja del país hacia el occidente, mientras las habituales tierras ganaderas se perdieron de marabú hace décadas y donde antes pastaban miles de cabezas de ganado, ahora solo crecen esos arbustos, que solo sirven para carbón vegetal.
Mucho menos influye en la escasez de leche la sequía, que todos sabemos que es estacional, y que se repite año tras año. No es Cuba el único país del mundo afectado por sequías o inundaciones, por el cambio climático y cualquiera sabe cuántas cosas más, pero sí es el único donde los niños menores de dos años y los mayores de esa edad, y los ancianos, no tienen leche que tomar.
Es el único, insistimos, porque hasta en el empobrecido Haití o en las más depauperadas naciones de África hay leche. Cierto que algunos no pueden comprarla, pero hay. Y en Cuba solo la tiene garantizada la dirigencia. Para esos no hay ni covid, ni sequía, ni huracán, ni bloqueo.
La nota de la TV cubana es lastimosa, porque nunca se sabe quién habla, ni el que lo hace después, quien dijo que el objetivo de Francia es contribuir a la amortización del sector agrícola cubano. El objetivo es aumentar la producción de leche en Cuba de manera sostenible, para satisfacer las necesidades de la población, en particular de los niños pequeños».
La nota termina con esto: «más de 67 mil menores recibirán 100 gramos diarios de leche para complementar la canasta básica. De acuerdo con las autoridades del país, Cuba se enfrenta a un déficit del producto desde septiembre de 2021».
El despacho, publicado en Al Mediodía deja en evidencia las carencias que padecen los cubanos, de las cuales parece no darse cuenta el gobierno, y tampoco los cientos de diplomáticos extranjeros acreditados en la isla.
