Por Oscar Durán
La Habana.- ¿Viste lo que te dije? Llevamos nueve días del 2024 y ya nuestros mayorales empezaron a darnos con el látigo por la espalda. Excelente inicio de año, por todo lo alto. Así nos tienen acostumbrados y uno sigue en las mismas, de brazos cruzados, pasando 74 mil necesidades, pero acatando todo. La película se llama: “te la meto sin vaselina y cuidadito con protestar”.
Por eso, me he embullado a escribir el concepto de carnero, para cuando salgas de Cuba y quieras hacerte el león a donde vayas, interiorices que fuiste un pendejo en tu país. Que mujeres como Alina Bárbara López Hernández o Jenny Pantoja tienen más cojones que unos cuantos y denuncian desde adentro, arriesgando penas de una pila años. Haciéndote el hombrón delante de un chaparrito mexicano o en el medio de Hialeah, mientras en la isla veías un policía o la cara de Canel en la televisión y te cagabas.
El concepto de carnero empieza en no cambiar nada que la dictadura imponga. Si mañana el régimen decide poner el litro de combustible a 580 pesos, nos quedamos calladitos o le decimos a nuestros dirigentes: “como usted diga, su merced”. Dentro de nuestras filas no existe la igualdad y libertad plenas. Mientras más soplatubo seas, menos igualdad y libertad tendrás.
Nunca te van a tratar como ser humano, porque eres eso, un carnero. Tú no le importas a la cúpula castrista, sin embargo, seguirás gritando “pa´lo que sea, Canel”. Si tienes que ir a hacerle un acto de repudio a un compatriota tuyo, lo harás con tremendo gusto. De esa forma estarás desafiando poderosas “fuerzas dominantes” dentro del ámbito nacional.
Tus valores no existirán y solo te sacrificarás para levantarte a las cuatro de la mañana e ir a una marcha combatiente o desfilar por el 1 de Mayo por un Socialismo Próspero y Sustentable. La solidaridad de un carnero es salir de misión para traer tres o cuatro chucherías y pagar el núcleo del Partido en el medio del río Orinoco, como si eso fuera una especie de altruismo voluntario.
El plato fuerte de este concepto es mentir todos los días y violar principios éticos. El litro de gasolina costará un poquito más, pero eso permitirá tener papa todo el año, dice el Granma. Y tú debes repetirlo todos los días por indicación de “arriba”, aunque no veas ni la cáscara de la papa. Así estarás mintiendo y violando tu ética.
Por último, y no menos importante, el carnerismo es rendirle a un falso Dios aunque tu casa tenga una miseria espantosa; es luchar por nuestros sueños de pobreza, con tres huevos al mes por la libreta y dos libras y media de arroz cada 60 días. Junto al limón, también está el carnero como la base de todo.
Hasta que no estemos dispuestos a cambiar este concepto, seguiremos siendo violados políticamente. Dentro de un mes, por ejemplo, una máquina de Mantilla a La Habana nos costará la vida, pero callaremos descomunalmente. Porque somos eso, unos reverendos carneros de dos patas.