Por Gretell Lobelle
Mantilla.- Gabriela ha recibido su título de nivel superior. Este hito no marca el cierre de una etapa cualquiera. Con tan solo 7 años, Gaby empezó su travesía en el mundo de la música. Han pasado 15 años de estudios, marcada por épocas raras, buenas y no tan buenas para nosotras. Para cualquier niño dedicado al estudio de las artes, el camino no es fácil. Acompañar a mi hija en este recorrido también ha significado, absolutamente, un aprendizaje constante para mí.
He buscado este sitio de agradecimiento en su acompañamiento, aun cuando se que se quedarán muchas personas que no están presente. Cada avance, cada examen, y cada decisión en este viaje estuvo marcado por el apoyo de muchos. En esta etapa final, agradezco enormemente a quienes nos han abrazado y acompañado, hecho porque este ciclo llegue a su fin. Incluso en los días más oscuros, Gabriela ha contado con el apoyo de personas maravillosas, y no puedo sentirme más agradecida.
Personalmente, experimento una satisfacción inmensa por nunca haberla abandonado; por haber escuchado, comprendido, y aceptado su elección. He aprendido a despojarme de lo subjetivo como madre, y he sabido apreciar sus habilidades, incluso cuando nadie entendía su camino, más como teórica que como instrumentista.
Gabriela es una maestra en mi vida, enseñándome la aceptación y brindándome su constante singularidad.
Aunque no mencione nombres, en este espacio donde el equilibrio entre egos y satisfacciones pende de un hilo muy fino, los afectos, amigos, y seres cercanos y lejanos que irradiaron energía positiva hacia mi hija, tienen un lugar en mi corazón y mi fe.
Gracias.