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WILBER SIGUE PLANTANDO CARA A LA DICTADURA, ANTE EL SILENCIO DEL MUNDO

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Por Anette Espisnosa ()

La Habana.- Wilber Aguilar Bravo es de esos padres que no tienen miedo. Cada vez que lo escucho me pone los pelos de punta. No es un orador fino, una persona que domina el idioma, lo maneja o lo domestica para hacer con él lo que quiere, pero lo que dice se entiende clarito. No deja dudas.

Wilber tiene a un hijo preso. Se ha cansado de decir que su hijo es inocente, como son los más de mil reos del 11 de julio de 2021, con los cuales se ensañó la tiranía y no paró hasta mandarlos a las más oscuras mazmorras del régimen.

La mayoría de los padres guarda silencio, pero Wilber no. No tiene miedo y apela a las redes sociales para reclamar justicia, para pedir que paren los abusos con su hijo, las violaciones, las torturas, el hambre, la desatención médica. Y para que cese de una vez la persecución con él y con su familia.

La Seguridad del Estado persigue a Wilber. Lo acosa, intenta impedirle su movimiento, viola todos sus derechos. Pretenden que el sufrimiento de la familia sirva de ejemplo a otros, para que otros jóvenes no vayan a salir a la calle, no se rebelen contra los tiranos, pero este moreno cubano no se calla.

Grita sus verdades y yo lo aplaudo. Todos los cubanos dignos no pueden menos que admirarlo, porque es uno de los pocos que le dice a la cara a la dictadura sus verdades. Y sus verdades son las verdades de muchos. Ya lo decía Martí: «Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay hombre que llevan en sí el decoro de muchos hombres».

Joven del 11J discapacitado, en prisión junto a reos peligrosos, denuncian familiaresWilber no es solo el padre del hijo preso, del amigo del hijo que está recluido en una prisión en la que no hay comida, ni medicamentos, ni militares dignos que se respeten y respeten el uniforme, es también el ícono, el ejemplo de lo que debe hacer un padre por su hijo, sobre todo si sabe que es inocente.

Wilber grita sus verdades en las redes sociales. Su voz repiquetea de perfil en perfil. Miles de cubanos lo ven, pero muy pocos lo siguen. Las organizaciones internacionales que tienen oficinas en Cuba saben del caso de Wilber. La Unión Europea conoce de los presos políticos. También la ONU. Pero todos, como los padres de muchos de los presos, hacen mutismo absoluto.

¿Por qué tienen miedo los otros padres de decir su verdad? ¿Por qué la UE calla ante el hambre y la represión en Cuba? ¿Por qué la ONU hace silencio, y peor aún, permite que Cuba sea elegida para el Comité de Derechos Humanos?

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Parecería que el castrismo tiene la razón, que es bueno, que no enjuicia a inocentes, que no mete presos a jóvenes por pensar diferente, que lo de los presos políticos es una invención.

El mundo da asco. Dan asco la ONU, la Unión Europea, el gobierno de los Estados Unidos… dan asco esos padres que aguardan en silencio que la dictadura haga con sus hijos lo que quieran, que los torturen, que los maten de hambre, que los chantajeen. Pero siempre habrá un Wilber.

Por eso estoy con Wilber y exhorto a que le demos visibilidad. Es un valiente, tanto como Marta Perdomo, la madre de los hermanos Jorge y Nadir Martín Perdomo, también condenados en juicios prefabricados por la Seguridad del Estado, sin testigos, en esos mismos procesos vinculados al 11 de julio, el día más luminoso de la historia de Cuba, y la mancha más grande que ha caído sobre el castrismo y sus secuaces.

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