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EL CASTRISMO NO DA PIE CON BOLA

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Por Jorge Sotero
La Habana.- El castrismo no da pie con bola con nada. Le salen mal hasta eso de nombrar nuevos dirigentes en las provincias, que es ya el colmo de la mala suerte, porque supuestamente esos a los que promueven, los escogieron luego de un rigoroso proceso de selección, entre muchos candidatos.
No voy a hacer una cronología de todo lo malo que le ha salido a los Castro y sus herederos desde que se robaron el país, en enero de 1959. No voy a referirme, incluso, ni a la fracasada zafra de los 10 millones, el cordón de La Habana, a lo del café gratis o la exportación de carne y huevos. A los accidentes de aviones, los hoteles que explotaron o los depósitos de combustible incendiados con la consiguiente suma de bomberos muertos.
Vaya, para ser más claro, pasaré por alto hasta el reordenamiento. Eso es ya parte del pasado, de un pasado que nadie quiere recordar y que se llevó por delante al desagradable de Marino Murillo, quien purga sus culpas como director de la empresa cubana del tabaco, un buen sitio para dar alguna que otra mordida sin tener encima los ojos lúgubres -o el ojo- de Alejandro Castro.
Tampoco voy a hacer mención a la bancarización. Todos sabíamos que iba a ser un fracaso y muchos lo advirtieron desde antes de que lo intentaran hacer realidad, porque a nadie con dos dedos de frente se le ocurriría digitalizar completamente los pagos y los cobros en un país donde puede haber un cajero automático por cada 50 o 60 mil habitantes, donde las redes se caen a cada instante. el internet no funciona, los apagones están a la orden del día, y encima de eso, no hay efectivo para poner en los cajeros.
No es necesario haberse graduado en Harvad o en aquella universidad de Illinois, de donde salieron los Chicago Boys que salvaron la economía chilena tras el desastre de Salvador Allende, para darse cuenta de que todo iba cuesta abajo, como el famoso tango.
Se veía venir. Como todo lo que pasa en Cuba, era fácil vaticinar el descalabro, sobre todo porque rápidamente la moneda virtual cayó, en comparación con su similar en efectivo, el dólar y el euro continuaron su escalada, y la inflación no se detuvo. Como era de esperar.
Cree la cúpula castrista que con dos ideas locas, salidas de una reunión, donde alguno que consumió algo antes, alzó la voz y propuso, se van a resolver los problemas. Los problemas económicos de Cuba, señores gobernantes, no se resuelven por la buena voluntad de nadie, y mucho menos por sus disparatadas ideas.
Cuba necesita de personas que sepan, para sacar adelante el país. Mientras estén los Castro detrás de todo, y tengan al Hombre de la Limonada y al grasoso de Manuel Marrero como cabezas pensantes, todo irá de bandazos, como el barco que enfrenta una tormenta tras sufrir daños en el timón y con el piloto sin ideas, aterrorizado.
Ese barco está condenado al hundimiento. Y ese es el destino de Cuba, que hace mucho rato comenzó a hacer agua y los tripulantes y pasajeros que se dieron cuenta a tiempo se lanzaron al mar en busca de otras orillas, pero el resto sigue apresado en las ya vacías bodegas.
Al castrismo, que es como decir al régimen de Cuba, solo le falta la estocada final, el golpe definitivo, y puede venir por cualquier vía, incluso a través de un fenómeno natural. Lo jodido de todo es que, en su caída, se llevará a mucha gente, y tal vez no sean los culpables, que casi seguro tendrán botes salvavidas y hasta helicópteros en cubierta para partir.
Cuba sabe de esas cosas. Solo que esta vez la partida ha demorado demasiado porque no hay nadie en el mundo que quiera acoger a toda la cúpula gobernante. De eso doy fe.

 

 

 

 

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