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Y NO QUIEREN ESTAR EN LA LISTA

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Por Jorge Alberto Méndez ()
Holguín.- No quieren que los llamen como llamaron a los que generan miseria y muerte, no quieren estar en esa lista, no quieren que los llamen como llaman a los dictadores, a los genocidas, a los que viven con las armas en alto, como llamaron a los que hacen que sus pueblos vivan en caos y pobreza, no quieren estar en la misma lista de los que no respetan la paz, la libertad, la democracia, no quieren y lo condenan enérgicamente…
Pero en su granja… No hay libertad, ni de expresión ni de nada. No hay democracia (¿o usted alguna vez ha votado por su presidente?) No hay paz, porque ¿qué paz es esa cuando no hay desayuno?
Hay un sistema político irrevocable, que ha demostrado durante casi 70 años, que a menos que alguien le regale los recursos, es un total fracaso, cuya base es un partido político único (aunque se piense por ahí que es la limonada) incuestionable y omnipotente, que en la cabeza de sus miembros está por encima de todo.
Hay una casta política que vive como los millonarios de las películas, con guardaespaldas y vacaciones en cayos del Caribe, con yates y clubes nocturnos, con safaris y champán, con Rolex y Louis Vuitton, que se la pasa pidiendo sacrificio a la otra casta, que es “su” pueblo, la que trabaja y no se puede quejar, la que no tiene cómo comprarle leche a sus hijos, la que pierde las muelas porque no hay empastes, la que no sabe de hoteles ni de yates, porque ya ni corriente para verlo en películas.
La misma que recoge cabos de cigarros, y ya no se emborracha con el alcohol de la bodega, porque tampoco hay, la que recibe los palos y las sentencia cuando abre la boca, la que secreta o abiertamente, lo único que quiere es escapar, para extrañar de lejos a sus padres y a sus hermanos, pero así garantizar que sepan qué cosa es el café, la mantequilla de maní, la nutella; para poder decir “tú eres un sing@o” sin que los metan presos.
Hay mil calles desiertas, mil asaltos diarios, mil decibeles de música mala en cada moto eléctrica, mil suicidos intelectuales, mil suicidios y punto, mil tenientes, capitanes, generales, que cada cierto tiempo son responsables de la muerte de sus soldados, en un país que no está en guerra, pero que tiene un enorme ejército, que protegerá a una casta cuando se canse la otra.
Ahhh, pero ellos, no quieren estar en esa lista.

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