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VENEZUELA ACUSA AL CDH DE LA ONU DE ALINEARSE CON EEUU

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Caracas.- Venezuela ha vuelto a encender su discurso de confrontación, esta vez con el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, al que acusa de alinearse con los intereses de Washington. La denuncia, hecha pública a través de Telegram por el canciller Yván Gil, no es más que un capítulo más en la narrativa de victimización que el chavismo ha perfeccionado a lo largo de los años.

La efeméride no fue casual: el 15 de marzo de 2006, la Asamblea General de la ONU dio nacimiento al Consejo de DD.HH. con el objetivo de reemplazar a su desprestigiado predecesor, la Comisión de Derechos Humanos, criticada por su ineficacia y la inclusión de Estados con dudosos historiales en la materia.

“Hoy, el CDH vuelve a enfrentar los mismos retos de su predecesora, al alinearse con los intereses de Washington”, proclamó Gil, sin aportar evidencia que respalde su acusación.

La molestia del chavismo con la ONU

Que Venezuela tenga problemas con el Consejo de Derechos Humanos no es nuevo ni sorprendente. La razón es simple: en octubre de 2023, el Gobierno de Nicolás Maduro rechazó la prórroga de la Misión internacional independiente de determinación de los hechos de la ONU, creada en 2019 y renovada por dos años más en una sesión del CDH.

La razón de la molestia oficialista no es un misterio: esta misión ha documentado y denunciado violaciones sistemáticas de derechos humanos en el país, responsabilizando directamente a las instituciones controladas por el chavismo.

El Gobierno venezolano, fiel a su estrategia, tachó la prórroga como una muestra de que las instituciones de la ONU han sido convertidas en “instrumentos de coerción y chantaje a los pueblos y Gobiernos soberanos”. Es la misma cantaleta de siempre: todo lo que huela a rendición de cuentas y fiscalización de los abusos del régimen es un ataque imperialista, un movimiento de las potencias para socavar la revolución bolivariana.

El rechazo venezolano tiene un trasfondo muy claro: en un informe reciente, la Misión de la ONU denunció que el aparato estatal aplicaba «la modalidad más dura y violenta de su maquinaria de represión», una afirmación que se enmarca en la crisis política que explotó tras las presidenciales de julio de 2024.

En esas elecciones, el chavismo se adjudicó la victoria a través de un sistema electoral controlado por rectores afines, mientras la oposición mayoritaria denunció fraude y la comunidad internacional expresó su preocupación.

La postura del Consejo de Derechos Humanos

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU, compuesto por 47 Estados miembros con mandatos rotativos, tiene entre sus principales tareas la creación y renovación de comisiones de investigación sobre violaciones de derechos humanos.

Recientemente, por ejemplo, aprobó una comisión para examinar los posibles abusos en el conflicto de la República Democrática del Congo. A Venezuela, por supuesto, no le interesa que su situación sea evaluada bajo esos mismos estándares.

El chavismo, una vez más, intenta deslegitimar los organismos que se atreven a documentar la represión que ejerce contra su propio pueblo. La realidad es que no es el Consejo de Derechos Humanos el que se ha convertido en un “espacio de coerción”, como acusa el Gobierno de Maduro. Son los propios venezolanos quienes han sido víctimas de una estructura de poder que, con cada vez menos disimulo, elimina cualquier resquicio de democracia y derechos fundamentales.

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