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Por Gideon Levy (Haaretz)
La opinión pública israelí debe despertar, y con ella la Administración de Biden. Esta emergencia es más grave que cualquier otra durante esta guerra.
Tel Aviv.-Lo único que podemos hacer ahora es pedir, suplicar, clamar: no entréis en Rafah. Una incursión israelí en Rafah será un ataque al campo de refugiados más grande del mundo. Arrastrará al ejército israelí a cometer crímenes de guerra de una gravedad que ni siquiera ellos mismos han alcanzado todavía. En estos momentos es imposible invadir Rafah sin cometer crímenes de guerra. Si las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) invaden Rafah, la ciudad se convertirá en un tanatorio.
Es imposible transportar a un millón de personas totalmente desamparadas, algunas de las cuales ya han sido desplazadas dos o tres veces, de un lugar “seguro” a otro, lugares que siempre se convierten en campos de exterminio. Es imposible transportar a millones de personas como si fueran ganado. Ni siquiera el ganado se puede transportar con tanta crueldad.
Yarden Michaeli y Avi Scharf informan de que se supone que toda la población de la Franja de Gaza, 2,3 millones de personas, debe evacuarse en un espacio de 16 kilómetros cuadrados, aproximadamente del tamaño del Aeropuerto Internacional Ben-Gurion. Toda Gaza en el espacio del aeropuerto, imagínense.
Se derramará sangre en Al-Mawasi, como se ha derramado recientemente en Rafah, el penúltimo refugio seguro ofrecido por Israel. El servicio de seguridad Shin Bet dará con algún oficial afiliado a Hamás al que habrá que eliminar lanzando una bomba de una tonelada sobre el nuevo campamento de tiendas. Veinte transeúntes, la mayoría niños, morirán. Los corresponsales militares nos contarán, con los ojos brillantes, el maravilloso trabajo que están haciendo las FDI para liquidar al alto mando de Hamás. La victoria total está cerca; una vez más, los israelíes estarán satisfechos.
El sector concienciado de la comunidad israelí busca fuentes de información que no sean las emisoras de aquí, que son “caramelitos para los soldados” y que se hacen llamar canales de noticias. Vean imágenes de Rafah en cualquier cadena extranjera –no verán nada en Israel– y comprenderán por qué no se puede evacuar. Imagínense Al-Mawasi con los dos millones de desplazados y comprenderá cómo proliferan los crímenes de guerra.
Hind fue hallada muerta en el coche quemado de su tía en una gasolinera de Khan Yunis. Estaba herida y cubierta por los siete cadáveres de sus familiares, murió desangrada antes de poder salir del vehículo. Hind y su familia habían respondido a la llamada “humanitaria” de Israel para evacuar. Quien quiera miles de Hinds más, que invada Rafah, cuya población será evacuada a Al-Mawasi.