UN ALMENDRÓN CAE AL AGUA EN ARROYO NARANJO, OTRO ACCIDENTE MÁS

Por Jorge Sotero ()

La Habana.- La foto de un almendrón en la presa Ejército Rebelde, en el municipio capitalino de Arroyo Naranjo, es una nuestra más del pésimo estado de los vehículos en Cuba, y del riesgo que implica tomar cualquier carretera.

Según la página en Facebook La Tijera, el referido auto, que tiene más de 70 años de uso, perdió el control y se fue al agua. Por ahora no se sabe nada más, incluso ni la situación del, o los, ocupante, pero basta con ver el carro en el agua para asustarse.

Los cubanos que no están al tanto de las redes no se enteran, porque los medios oficiales, por estrategia, por supuesto, jamás se hacen eco de lo que pasa en las carreteras cubanas, a menos que sea algo muy llamativo y no tengan más remedio que hacerlo, como el impacto de dos ómnibus a principios de semana en Ciego de Ávila.

En este caso, el de Arroyo Naranjo, se desconocen los motivos, pero el auto pudo haber perdido la dirección, los frenos, y no tener emergencia, o haberse quedado dormido el conductor. Incluso, el sol de frente, ese incómodo de la mañana, lo pudo llevar al agua, pero no deja de ser un accidente, en carreteras por donde no circula casi nadie.

Hace unos días yo regresaba de Cumanayagua, a donde fui a ver algunos familiares que me quedan por allá, y en todo ese trayecto hasta La Habana -cierto que era domingo en la tarde- no me crucé ni con 50 vehículos, en una prueba fehaciente de lo escaso que es el transporte en Cuba, a pesar de lo cual los accidentes están a la orden del día.

Esta misma semana, en Santa Clara, un camión que recogía escombros, basura, o ambas cosas, se fue contra una vivienda. Según fuentes desde Santa Clara, se fue para atrás. Y me preguntó por los frenos, o por la emergencia. Las mismas preguntas me las podría hacer de este armatoste dentro de la presa de la periferia habanera.

Por ahora toca esperar para saber que pasó con el ocupante del almendrón, y también por el próximo accidente de tránsito, hechos que se han convertido en la comidilla del día en el país con menos medios de transporte del mundo, por una serie de causas que todos conocemos y que no seré yo quien me ponga a enumerarlas ahora.