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TURISMO: ¿MÁS INSUMOS Y HOTELES PARA QUÉ? (II)

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Por Oscar Durán

La Habana.- El crucero Ambition, operado por la naviera británica Ambassador Cruise Line, llegó a Cuba el pasado lunes, en medio de la crisis más grande del turismo en la isla. La dictadura lo anunció con su acostumbrado performance, como muestra clara de lo alejada que está de las cifras de visitantes de años anteriores. Solo hay que ver las calles vacías de La Habana en una época donde debería ser la de más afluencia de visitantes.

Sin embargo, eso al régimen ni le va, ni le viene. De chantajistas siguen inaugurando hoteles, “llenando” al turismo de insumos y, para colmo, recibieron de China un lote de ómnibus Yutong directamente para darle comodidades a los “yumas” que entran a la isla.

El pueblo, que se joda. El transporte en Cuba es un desastre, pero al turismo hay que priorizarlo a lo cómo sea, sosteniendo la máxima de que “todo lo que se recauda es para los cubanos”. Dan pena ante tanta desfachatez; un gobierno que no puede asegurarle a sus habitantes ni siete horas seguidas de energía eléctrica y mucho menos una canasta básica adecuada para alimentar a millones de infelices hambrientos.

También les voy a decir una cosa: el turismo castrista es una real basura, con todo y que le inviertan recursos. Experiencias de amigos que han ido a Punta Cana o a Cancún, por ejemplo, cuentan que el hotel más malo de esos lugares, le saca un tramo enorme al mejor de Varadero.

Si dejaran entrar a la prensa independiente a los recintos turísticos cubanos y se hiciera una encuesta de satisfacción, los números serían alarmantes. Hace unos días, visitaba el sitio web de una agencia alemana que promueve viajes a la isla y los comentarios eran malísimos.

Hubo uno que me llamó la atención por el nivel de molestia de la persona: “Me endeudé por dos años para conocer Cuba. Fui con mis dos hijas. Llegamos al aeropuerto y no había electricidad, el ómnibus se demoró una eternidad en llevarnos para el hotel. Cuando por fin llegamos, entramos directamente al restaurante y nos sorprendimos con la comida, solo había pollo como proteína.

“Las habitaciones en malas condiciones, las camareras pidiéndote jabones, ropas y hasta el papel sanitario. Le pregunté a una de ellas su profesión y me dijo que era Ingeniera Civil. No vuelvo más a ese país. Es un desastre”.

 Si alguno piensa que el turismo en Cuba todavía mantiene sus estándares de años atrás, está equivocado. Cada vez se degrada más, según los expertos, aunque el Granma anuncie por todo lo alto la entrada de guaguas Yutong, o el noticiero te diga que la isla recibió en 2024 dos millones de turistas.

Al final -saquen cuenta para que vean- entre más invierten en infraestructuras turísticas, el país está peor y no mejora en lo absoluto, pero ellos siguen gastando dólares para darle entender al turista de que Cuba es un paraíso y, en definitiva, es un pedazo de isla hundiéndose en el Mar Caribe, sin turismo, sin economía, sin salud, sin educación… Sin nada.

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