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Por Joel Fonte ()
La Habana.— No puede haber soberanía política —que es independencia, autonomía estatal— sin libertad económica.
La dictadura castrista no está cediendo la soberanía del país a los chinos, a los rusos, ni a ningún dictador. No se la cede a emporios económicos o financieros que quieran adquirirla.
No lo hace porque jamás ha tenido la nación cubana verdadera soberanía desde que el apellido Castro usurpó el poder en el año 59. Pudiendo apoyarse en la economía pujante de la República, la destrozó en pocos años.
La nación cubana ha visto por más de seis décadas cómo Fidel Castro primero, y luego su hermano heredero, han mantenido el control. Este persiste como déspota, aunque ejerza su tiranía a través de un ilegítimo mayordomo. Convirtieron el aparato estatal de la República en poco menos que un paño de cocina. Deformándolo y controlando su nueva hechura con la estructura del Partido Comunista.
Pero ese partido no es más que un órgano ejecutor. Las decisiones sobre la vida de este pueblo han surgido por 67 años de su cúpula, de los dos dictadores de la isla.
Así, ese apellido Castro puso y pone los recursos económicos del país allí donde mandan y disponen. Lo hacen según lo que les pagan los sostenedores económicos de la dictadura.
Primero, entregaron el país por más de 30 años a los soviéticos. Lo hicieron con la orden de usarlo como plataforma para exportar su ideología por todo el continente y el resto del Tercer Mundo. Su objetivo era cubrirlo de guerrillas y golpes militares. Mientras tanto, el régimen era sostenido completamente por la potencia soviética.
Luego, durante los 90, cuando perdieron su amo y proveedor, los Castro cambiaron de estrategia. Descubrieron que exprimiendo más a fondo al pueblo y elevando todavía más la represión podían ganar tiempo. Esto les sirvió hasta que un nuevo sostenedor, en la figura del Chávez venezolano, sustituyó a la URSS.
Pero la deuda externa acumulada y la ausencia de una infraestructura económica sólida eran tan grandes, que no había soberanía alguna que sostener. Otra vez, pusieron la independencia de Cuba a los pies de otros regímenes. Esta vez del eje China-Rusia, y de todo conglomerado económico o financiero que quiera un trozo del país, siempre y cuando pague…
Porque de eso se trata: en Cuba, por todos estos largos años, no hemos asistido a un gobierno. No como se definen estos en la concepción democrática de los Estados modernos. Hemos sido controlados, sometidos, robados, encarcelados. También reprimidos y vejados como individuos y como nación.
Y los autores de esos crímenes no son más que una estructura delincuencial. Son una mafia parasitaria y corrupta. Tienen como única quimera, como fin existencial, perpetuarse en el poder. Aunque ello les suponga exterminar a millones de personas…
Basta de tolerar injusticias. Basta de manipulación y mentiras. No más dictadura en Cuba.