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Por Alina Bárbara López Hernández ()
Matanzas.- En el Día internacional dedicado a Mandela por la ONU, un intelectual, un humorista, un hombre noble, un ciudadano cubano, un compatriota nuestro, fue torturado y golpeado salvajemente en un pequeño cuarto de la Unidad policial de Zanja por dos agentes de Seguridad del Estado. Uno de ellos un teniente coronel.
Acabo de hablar con él y escribo estás líneas indignada. No tengo conexión y no sé cuándo pueda publicar, pero escribo.
No importa si las mazmorras son de un dictador como Fulgencio Batista o de un Estado dictatorial encabezado por un Partido Comunista; si en ellas se tortura, se golpea y se violan los derechos elementales de un ser humano, no hay diferencia alguna. Son sicarios, son fascistas, son esbirros, aunque no les gusten esos términos. No hay otros.
En Cuba, lo único que va faltando es que empiecen a aparecer personas muertas en las guardarrayas. Pero ya llegaremos a ese punto. Ojalá los que aún guardan silencio sean capaces de levantar su voz. Aquí la historia de que no sabíamos no podrá justificar a nadie.
Historiadores cubanos: aquí se está haciendo historia. Esto que nos está pasando es la historia. Y será escrita.
Y mientras nuestros derechos son violados impunemente, el poder se perpetúa. Con la connivencia de la Asamblea fue eliminado el límite de 60 años para ocupar el cargo de presidente de la República que establecía la Constitución de 2019. Seguimos gobernados por una gerontocracia inepta y corrupta».