Por Hilda Landrove
Ciudad de México.- Carlos Lazo, coordinador de Puentes de Amor -popularmente conocido como Puentes de leche, porque principalmente recogen leche en polvo en Estados Unidos y la llevan a Cuba-, protesta porque últimamente no los dejan entrar a los hospitales para demostrar que la ayuda sí llega directamente a los beneficiados (casi es sabiduría popular que las donaciones suelen quedarse a medio camino).
Todo un drama porque Puentes de Amor, en colaboración con Codepink (su principal aliado), forma parte de un entramado que ha instrumentalizado la solidaridad con el pueblo cubano en favor del apoyo al régimen cubano.
Lo hace culpando al bloqueo estadounidense de la miseria en Cuba (exculpando así al propio gobierno cubano) y recurriendo a un gigantesco performance consistente en hacer recaudación de fondos y recorrer Estados Unidos recogiendo leche en polvo que luego llevan a Cuba.
No se entienda mal, la leche en polvo hace falta, pero la instrumentación de la solidaridad es un gesto muy desvergonzado.
Pues después de la queja de Lazo -que es imposible saber si es genuina o solo la nueva temporada de la novela del polvo y la leche-, Cubadebate saca una nota diciendo que Cuba no impide entrar a los hospitales, que Lazo miente. Israel Rojas -representante actual de la larga estela de «trovadores al servicio de la «revolución»-, dice que es Cubadebate quien miente y Michel Corona, impresentable vocero del régimen, responsable de la criminalización de toda forma de crítica o disidencia en la televisión nacional, responde que Cubadebate no miente, y que debemos poner a Cuba por encima de la discusión. Se saca a Martí de abajo de la manga y cita: «Cuba es ara, no pedestal».
Yo solo quiero saber, cuando voceros y esbirros del régimen que tiene a los cubanos sufriendo hablan de poner a Cuba por encima de las diferencias, ¿De qué coño hablan?
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