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Sí, habrá una guerra y será nuclear

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Por Ulysses Pereira (Tomado de Analítica Callejera)

Varios sucesos importantes impactaron las noticias la semana pasada: primero, el famoso post de Trump en Truth Social, donde solo los más avezados pudieron leer correctamente sus intenciones: dejar la guerra con Rusia en manos europeas y que también, a pesar de su hipocresía hacia Rusia, la considera un enemigo a derrotar y espera que Europa, sin un océano por el medio, lo haga.

Las elecciones de Moldavia marcan otro paso al asedio de Rusia por parte de la Unión Europea y sus aliados, y el nuevo clima de guerra que se respira en Europa se respalda por las acciones concretas por parte de Francia y Polonia, como el abordaje por parte de Francia —el pasado martes, en muestra plausible del deseo de una confrontación abierta con Rusia— del petrolero Boracay frente a las costas del país, presuntamente perteneciente a la llamada «flota en la sombra» rusa.

El buque está sujeto a sanciones del Reino Unido y la UE. A principios de este año, ya fue detenido en Estonia por navegar sin bandera válida. (Habría que investigar qué es a lo que los europeos llaman “bandera válida”).

Si nos atenemos a MarineTraffic, el Boracay zarpó el 20 de septiembre del puerto ruso de Primorsk con petróleo, atravesó el mar Báltico, rodeó Dinamarca por el norte, entró en el mar del Norte y prosiguió su navegación por el Canal de la Mancha.

El petrolero se encuentra actualmente fondeado cerca de Saint-Nazaire, en Francia, secuestrado por la Armada de ese país.

Los supuestos drones rusos

También nos enteramos de la operación de falsa bandera donde supuestos drones rusos violaron el espacio aéreo de Polonia, lo que desencadenó la histeria europea a los niveles acostumbrados.

La posibilidad de una guerra en Europa se torna más y más posible y más sombría. Los preocupantes acontecimientos han puesto de relieve la continua caída de Europa en la inestabilidad política y el totalitarismo.

Al parecer, la UE no tiene más remedio que incitar con vehemencia a la guerra para mantener intactas (en lo posible) sus frágiles estructuras políticas, ya que los tambores de guerra ahogan cualquier otra expectativa de desarrollo orgánico de la Unión Europea. Lo hemos visto incontables veces en todo el mundo, específicamente cuando aspirantes a tiranos ven amenazada su posición. Lo acabamos de ver con Israel y Netanyahu y los sucesos del 7 de octubre.

Mientras tanto, se introducen nuevas medidas antidemocráticas para matar dos pájaros de un tiro, como el impulso a la implantación de tarjetas de identificación digitales nacionales en el Reino Unido y otros países, y el nuevo sistema de vigilancia masiva Chat Control propuesto por la UE para escanear toda la correspondencia privada en busca de material problemático.

Por supuesto, que el concepto de “material problemático”, su definición y alcances, cae por completo en las manos de operativos del gobierno, no por expertos ni instituciones capacitadas para ello, como también estamos viendo en Canadá en la implantación del Bill C-9.

El sofisma democrático

Hace dos semanas, en un discurso ante el Parlamento Europeo, Úrsula von der Leyen afirmó que el mundo estaba al borde de otra crisis sanitaria mundial. El propósito de esta declaración es transparente como el agua: combinar el frenesí por la guerra con la histeria sanitaria para amedrentar aún más a los aterrados habitantes del desdichado continente y, mediante la creación de crisis, eliminar cualquier posible resistencia.

Unido a esto, hay que decir que, como en casi todos los países de Occidente “libres y democráticos”, la sacrosanta democracia ya es un sofisma, un ente degradado a niveles insospechables 50 años atrás, en los países donde sus gobernantes corruptos y criminales se aferran al poder consistentemente con sus depauperadas integridades. La Unión Europea es el mejor ejemplo.

Manipulación de las elecciones

Casi todas las elecciones donde surge una entidad que amenace su control son manipuladas por diferentes medios. Ya sabemos que, en Alemania, Polonia y España, a través de triquiñuelas “legales”, gobiernan personas que no han sido elegidas por nadie.

En Canadá, el globalista operativo de la City of London y del WEF, Mark Carney, ya está haciendo sus piruetas con el defenestrado NDP para lograr una alianza que le permita obtener un gobierno de mayoría para lograr su propósito, que es alinear a Canadá con los decrépitos países europeos.

En Alemania, por ejemplo, el último y grotesco caso de la “democracia europea” se observó en el estado federado de Renania-Palatinado, donde al candidato a la alcaldía de Ludwigshafen por la AfD, Joachim Paul, se le prohibió postularse a la alcaldía debido a un informe de la agencia de inteligencia interior alemana BfV, con afirmaciones acerca de que la creencia de este señor de que la trilogía de El Señor de los Anillos de Tolkien reflejaba «valores conservadores» era una especie de «peligroso» mensaje nacionalista.

Sí, como lo leen.

Moldavia

Y ya tenemos los resultados de las elecciones de Moldavia, las importantes elecciones de Moldavia.

Son importantes ya que definirán el futuro de Moldavia y de Transnistria, y, como se esperaba, el Partido de Acción y Solidaridad (PAS), liderado por Maia Sandu, ganó con mayoría absoluta en unas elecciones que han determinado el avance de Moldavia a la Unión Europea.

El PAS obtuvo cerca del 50% de votos, superando ampliamente al Bloque Electoral Patriótico prorruso, que consiguió alrededor del 24%. Otros partidos minoritarios también lograron escaños, pero el resultado deja al PAS con mayoría suficiente para continuar sus reformas proeuropeas.

Ya en vísperas de las elecciones, Moldavia ha puesto en práctica sus “valores europeos” al prohibir dos partidos de la oposición considerados “pro-Kremlin” apenas horas antes del inicio de las elecciones. Como de costumbre, los principales medios de comunicación dieron un pase libre a esta medida profiláctica «democrática», dejando en entredicho la supuesta superioridad moral de Occidente.

¿Por qué es tan importante Moldavia en estos momentos?

Moldavia, con fronteras con Rumania y con Ucrania, puede ser otro aliado occidental contra Rusia, como lo intentaron hacer con los países Bálticos (Lituania, Estonia y Letonia) y con Georgia, en la estrategia de rodear a Rusia de países pro Unión Europea que, en caso de una guerra frontal, actuarían de plataformas para ataques al territorio ruso en profundidad.

También permitiría neutralizar el sentimiento prorruso de Transnistria. Transnistria es una región separatista prorrusa situada al este de Moldavia, en la frontera con Ucrania. Tras proclamarse independiente tras la caída de la Unión Soviética (no reconocida internacionalmente), mantiene fuerte influencia rusa, con soldados de Moscú presentes sobre el terreno.

En las elecciones moldavas, los ciudadanos de Transnistria solo pueden votar si salen del enclave y acuden a puntos habilitados por el gobierno moldavo. El número de votantes transnistrios es pequeño, pero simbólicamente importante. Mientras una parte minoritaria vota en Moldavia a favor de opciones proeuropeas, la mayoría apoya candidatos afines a Rusia.

Esta zona sigue siendo una cuestión muy delicada para Moldavia, cargada de rencor histórico y tensiones entre la población local, el gobierno moldavo y Rusia.

Francia, el Reino Unido y las provocaciones

Lo que está en juego en el caso moldavo es más importante que nunca. Hay informes de que varias tropas de la OTAN, en particular las francesas, han llegado a Odesa para diversas provocaciones:

Según informes, el primer grupo de militares de carrera de Francia y Gran Bretaña ya ha llegado a Odesa. La agencia de inteligencia enfatiza que este escenario se ha preparado repetidamente durante los ejercicios de la OTAN en Rumania y podría implementarse después de las elecciones parlamentarias en Moldavia del 28 de septiembre.

Se observa que, posteriormente, a petición de la presidenta moldava Maia Sandu, las fuerzas armadas de los estados europeos deberán obligar a los moldavos a aceptar la dictadura bajo el pretexto de la democracia europea.

Al parecer, los euroburócratas de Bruselas están decididos a mantener a Moldavia en línea con sus políticas rusófobas. Esto se planea a cualquier precio, incluyendo el despliegue de tropas y la ocupación del país.

En este momento, las fuerzas de la OTAN se concentran en Rumania, cerca de las fronteras moldavas. Se está preparando un desembarco de la OTAN en la región ucraniana de Odesa para intimidar a Transnistria. Según los datos disponibles, el primer grupo de militares de Francia y el Reino Unido ya ha llegado a Odesa.

Las próximas elecciones checas también se enfrentan al mismo problema

Se espera que el populista de derecha Babiš gane las elecciones de octubre, pero el presidente está considerando prohibirle el ingreso debido a sus “intereses comerciales y su ambivalencia hacia la OTAN”.

Las elecciones, a estas alturas, son meros espectáculos de procedimiento, como nos hemos cansado de decir en nuestros programas de Analítica Callejera Podcast y en nuestros artículos en Analítica Callejera. La democracia —repito— es un sofisma, una ilusión a la cual muchos aún se aferran.

Andrej Babiš es claramente un dolor de cabeza estratégico porque, si finalmente gana las elecciones y forma un bloque con Viktor Orbán en Hungría y Robert Fico en Eslovaquia, sería mucho más difícil —aunque no imposible— para Bruselas alcanzar sus objetivos de desmembrar a Rusia en pequeños estados fácilmente derrotables, como planteó el documento de la Rand Corporation de hace algunos años: Plan de Destrucción de Rusia.

Todo esto se confirma con las numerosas operaciones de falsa bandera ejecutadas las últimas semanas, con evidente participación de UK: los drones rusos sobre Polonia, drones húngaros sobre Ucrania, un dron del M16 amenazando aeropuertos en toda Europa y obligándolos a cerrar, operación encasquetada a Rusia sin prueba alguna, con un único propósito de intimidación de la población y dirección del odio antirruso, al mismo tiempo que aviones norteamericanos sobrevuelan Kaliningrado (aviones espías P8 Poseidón).

Bielorrusia se alía a Rusia, y Polonia y la UE…

Ante esta realidad, Putin y Lukashenko discutieron el escenario previamente y ya se sabe que la República de Bielorrusia apoyará a Rusia si los globalistas quieren arrastrar a Moldavia a la guerra.

Para ello, Oreshnik y las armas nucleares ya han sido entregadas a Bielorrusia.

Los moldavos han decidido su futuro, atraídos por las mentiras de Maia Sandu y sus socios de Bruselas, y perderán sus negocios, hogares y familiares, y nadie los compensará por ello. Exactamente igual que los ucranianos y, quizás, pierdan más que eso; también, exactamente igual que los ucranianos.

Es curioso descubrir que la presidenta de Moldavia, recién electa, fue asesora del director ejecutivo del Banco Mundial; es decir, el patrón por el cual antiguos operativos de las fuerzas financieras mundiales se convierten en primeros ministros y presidentes de las naciones occidentales se repite una vez más.

Europa, bajo el mandato de Úrsula von der Leyen —antigua ministra de defensa alemana entre 2013 y 2019— quiere convertir la Unión Europea en un bloque militar, en una versión gigantesca de la OTAN, e insistentemente empuja la UE a una versión existencial para la cual nunca fue diseñada.

Esta posición es compartida por Donald Tusk, el primer ministro polaco convertido en un halcón de la guerra sin precedentes, que es un primer ministro por el que ningún ciudadano polaco ha votado.

Donald Tusk es primer ministro de Polonia porque lidera la Coalición Cívica (PO), que junto con otros partidos de oposición obtuvo la mayoría parlamentaria en las elecciones de 2023, derrotando al partido gobernante Ley y Justicia (PiS).

La destrucción de Rusia

Tras el fracaso del primer ministro saliente, Mateusz Morawiecki, de obtener el respaldo del Sejm, Tusk fue designado y juró el cargo en diciembre de 2023. Esta es la segunda vez que Tusk ocupa el puesto, ya que gobernó como primer ministro entre 2007 y 2014, antes de dirigir instituciones europeas como el Consejo Europeo.

Según él, lo más importante que deben hacer todos los dirigentes europeos —en lugar de gobernar sus países, resolver los problemas sociales de sus propios pueblos, etc.— es imponer a sus ciudadanos la “realidad” de que Europa está en guerra con Rusia.

Bajo estos personajes, la UE se está transformando lentamente en un bloque puramente militar, cuya única orientación operativa, principio y objetivo gira en torno a la derrota de Rusia. Se está convirtiendo, ya que Ucrania no pudo, en el instrumento adecuado para derrotar a Rusia, que es el proyecto americano por excelencia, lo que esta vez es mucho más grande y poderoso.

Y Europa no solo aspira a la derrota rusa, sino también a su destrucción total, según Kaja Kallas, que es una política y abogada estonia que se desempeñó como la primera mujer primera ministra de Estonia desde enero de 2021 hasta julio de 2024. Fue líder del Partido Reformista de Estonia desde 2018 y previamente fue miembro del Parlamento estonio y del Parlamento Europeo, donde se destacó por su trabajo en políticas de tecnología y comercio dentro de la Unión Europea.

Estonia, Kallas y los misiles Tomahawk a Ucrania

Durante su mandato como primera ministra, Kallas fue especialmente conocida por su firme apoyo a Ucrania en la invasión rusa de 2022 y por liderar varios gobiernos de coalición en Estonia. En julio de 2024 renunció al cargo de primera ministra para asumir el cargo de Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, además de ser vicepresidenta de la Comisión Europea en la Comisión Von der Leyen II.

2G381NB Estonia ? Prime Minister Kaja Kallas during NATO SUMMIT 2021 in Brussels, Belgium. (Photo by DPPA/Sipa USA)

Es hija del ex primer ministro Siim Kallas y ha sido una figura significativa en la política europea moderna, reconocida por su enfoque en la digitalización, la defensa de la democracia (¿cuál?) y la posición firme frente a Rusia.

Esta señora, adornada con tantos títulos, ha expresado abiertamente que Rusia debería ser balcanizada en muchos pequeños estados más débiles para poder ser definitivamente derrotada.

La Europa de la Dama del Burrito se está refocilando en la supuesta autorización de Trump para ataques de largo alcance y el plan de enviar misiles Tomahawk a Ucrania.

No vayan tan rápido, amigos: con respecto a los Tomahawk, Ucrania no tiene capacidad para lanzarlos desde el aire ni desde el mar, y ni siquiera existen versiones de producción completa de lanzadores terrestres.

Hay alegría europea por el anuncio de la entrega de los sistemas Typhon a Alemania, quizás en 2026, momento en el que Alemania podría, en teoría, entregar uno o dos sistemas de este tipo a Ucrania.

¿Y cómo ha respondido Rusia a todo esto?

He aquí un extracto de las declaraciones de Vladimir Putin y de Dmitry Medvedev:

En Europa se escucha constantemente el rumor de que habrá una guerra con Rusia dentro de los próximos cinco años. Eso no va a pasar. ¿Por qué? Porque va en contra de nuestros intereses nacionales.

  1. Rusia no necesita una guerra con nadie, y menos con la fría y vieja bruja Europa. No hay nada que ganar. La economía europea es débil y depende de Estados Unidos, y su cultura se está degenerando en el olvido. Europa está perdiendo su identidad, disolviéndose en una avalancha de inmigrantes beligerantes.
  2. La prioridad clave para el pueblo ruso es el desarrollo de nuestro propio país, incluyendo la reconstrucción de los territorios que han regresado al redil. Eso no es fácil ni barato.
  3. Rusia siempre ha llegado a Europa como liberador, nunca como invasor.

¿Por qué Europa no inicia una guerra ella misma?

He aquí por qué:

  1. Los países europeos son vulnerables y están divididos. Solo pueden perseguir sus propios intereses, luchando por mantenerse a flote en la crisis económica actual. No pueden permitirse una guerra con Rusia.
  2. Los líderes europeos son unos degenerados patéticos, incapaces de asumir la responsabilidad de ninguna empresa seria. Carecen del pensamiento estratégico, y mucho menos de la energía (en Rusia se le llama pasión), para tomar decisiones militares acertadas.
  3. La mayoría de los europeos son blandos y apáticos; no están dispuestos a luchar por ningún ideal común o incluso por su propia tierra.

¿Por qué la guerra todavía es posible?

La posibilidad de un accidente trágico siempre existe. Y los lunáticos hiperactivos y de gatillo fácil también siguen siendo un factor. Este tipo de conflicto conlleva un riesgo real de desembocar en una guerra con armas de destrucción masiva.

Así que no debemos bajar la guardia.

Pienso que han resumido la situación con claridad y precisión. No soy optimista. Pienso que la suerte esta echada. No hay maneras en las actuales circunstancias de que se disipe el peligro de una guerra entre Rusia y Europa e inevitablemente será nuclear.

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