SER EXPULSADO DE LA UNEAC SERÍA UN HONOR

Por Manuel Viera ()

La Habana.- Durante algunos años ser miembro de la UNEAC era motivo de orgullo. Allí pasé muchos cursos durante mi paso por el ICRT y pude haber presentado la solicitud para unirme a ella pues era posible desde cualquier cargo artístico dentro del equipo operativo.

¡No lo hice! Y después de lo visto en los últimos años, siento orgullo de no haberlo hecho.

Si hoy la UNEAC en pleno me pidiera que me uniera a ella sentiría un enorme orgullo de decirles «NO».

Soy del criterio de que el pueblo, el de a pie, valora mucho más al artista, al intelectual que no ha atado su pensamiento al asta del socialismo.

El pensamiento tiene que ser necesariamente libre, no puede ser condicionado, maniatado o sancionado.

Ser expulsado de la UNEAC sería para mí hoy un honor. Es sinónimo de que no te alineas al mensaje del silencio, la omisión, la sumisión. Es sinónimo de no usar la venda del estatuto partidista, es sinónimo de que lo estás haciendo bien.

Es triste ver que se ocupan de usar el látigo contra el miembro irreverente pero no se ocupan de los miles de miembros que hoy sin trabajo pasan hambre y necesidades.

¡Muere hoy la cultura cubana!