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Redacción Internacional
Madrid.- El sistema electoral de Estados Unidos vuelve a examinarse este 5 de noviembre. En el caso de las elecciones presidenciales, el ganador o ganadora no provendrá del número de votos que logre a escala nacional, sino de un mecanismo particular basado en el llamado Colegio Electoral.
A continuación, la explicación en seis pasos:
Para ser presidente o presidenta de la primera potencia mundial, la Constitución de Estados Unidos exige tres requisitos:
En Estados Unidos hay varios partidos como el Libertarian Party, Green Party, American Independent Party, Constitution Party y una larga lista de independientes, pero dos formaciones sobresalen y se han repartido el poder: el Partido Republicano (Republican Party) y el Partido Demócrata (Democratic Party).
La carrera electoral, que dura meses, comienza con el procedimiento de nominación de sus respectivos candidatos, para lo que cada uno ha de superar un largo y complejo proceso de obtención de apoyos estado por estado.
Un apoyo que, a su vez, proviene de un proceso de primarias o de los llamados ‘caucus’, esto es, de debates entre miembros del partido para decidir al mejor candidato mediante votación a mano alzada.
Las primarias son de tres clases:
Sólo se puede participar en la votación de un partido.
En los dos procesos, tanto en las primarias como en los caucus, el candidato consigue un determinado número de delegados. La cifra que alcance será fundamental para salir de la convención que celebre el partido como único aspirante a la Presidencia de los Estados Unidos de América.
Las convenciones son actos cruciales, por tanto. Se celebran siempre durante los veranos de los años electorales.Y no sólo sirven para despejar el camino hacia la Presidencia, sino también para conocer a la persona que ocupará la Vicepresidencia.
Ahora bien, mientras el candidato del Partido Demócrata necesita 2.383 de los 4,765 delegados, el del Partido Republicano requiere 1.237 de un total de 2.472.
Tras la convención, a los candidatos demócrata y republicano les espera un largo periplo por los estados. Tienen ahora que persuadir y convencer al mayor número posible de electores.
Clave en este tramo del camino son los debates televisados.
En Estados Unidos es tradición que las elecciones presidenciales se celebren el primer martes entre los días 2 y 8 de noviembre de años bisiestos.
Los ciudadanos/as inscritos como votantes introducen en urna una papeleta con el nombre de su opción para presidir el país.
Pero no son votos directos. Lo que están haciendo es definir a los electores. En otras palabras: están definiendo el Colegio Electoral.
Funciona así:
El nuevo presidente o presidenta jura su cargo en las escaleras del Capitolio, edificio que alberga el Senado y la Cámara de Representantes, a comienzos del mes de enero. (EFE)