EL HUMO, OTRO DE LOS PROBLEMAS DE SANTA CLARA

Santa Clara.- La siempre fiel ciudad de Marta, como se conoce a Santa Clara, la capital villaclareña, no sale de una para entrar en otra. Cuando no hay problemas con el agua en la cabecera, hay temores a los crímenes en la zona de Hatillo o esta demasiado contaminado el río Bélico, incluso el Cubanicay.

Hoy no me sorprendió el habitual maltrato animal, la cara triste de las personas, la escasez de transporte, las colas en los bancos, la ausencia de agua o electricidad en algunas zonas, sino una nube de humo que ha abrazado a la ciudad en las últimas horas y que se sentía desde poco después de la medianoche, en medio de preguntas de la población sobre sus causas.

Los vientos, que se volvieron del sur por momentos, lanzaron sobre Santa Clara una nube de humo apestoso, que provocó malestar en muchas personas, decenas de las cuales tuvieron que ir hasta los policlínicos y hospitales a atenderse los problemas respiratorios, y solo muy entrado el día dieron a conocer las causas.

El humo tóxico, con olor a neumáticos quemados -o plástico- y también a maleza, ropa, hojarasca, se metía en las casas y provocaba irritación en pequeños y mayores. Incluso, en algunas escuelas tuvieron que suspender temporalmente las clases, hasta ver si aquello se detenía.

Por suerte, en la medida que fue avanzando la mañana y la temperatura subió, la masa de humo fue elevándose, aunque aún se siente el olor.

El humo tóxico, según informó la emisora provincial CMHW, conocida como La Reina Radial del Centro, proviene, en primera instancia, del vertedero municipal, donde de destapó un incendio desde la noche anterior, con los riesgos que conlleva un fuego en esos lugares, por las cosas que suelen quemarse.

Al mismo tiempo, también se incendió la maleza en los los alrededores del Hotel Los Caneyes, a donde fueron enviadas unidades de bomberos con el fin de controlar las llamas.

De cualquier manera, se trata de una más, entre todas esas cosas que suelen afectar cada cierto tiempo a la antiguamente floreciente ciudad de Santa Clara, cuyos habitantes padecen cada día un problema diferente.

Cuando no es el agua, es la electricidad, o la escasez de productos de primera necesidad, maltrato animal a raudales, problemas de transporte, violencia, y ahora humo. Tremendo todo.

Si Doña Marta Abreu y Luis Estévez, los benefactores de la ciudad, vivieran aún y tuvieran que afrontar una mañana como la de este lunes, seguramente hubieran pedido que se desvincularan sus nombre de la urbe, al menos para no sentir verguenza.