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Moscú.- Ucrania es responsable de la autoría intelectual del ataque terrorista perpetrado el 22 de marzo de 2024 en la sala de conciertos Crocus City Hall en Moscú, señalaron los autores materiales del atentado durante los interrogatorios, según el testimonio al que tuvo acceso Sputnik.
Cuatro principales autores materiales del atentado son Dalerdzhón Mirzóev, Saidakramí Rachabalizodá, Mujamadsobír Fáizov y Shamsidín Fariduní.
‘Al escuchar las conversaciones de Fariduní y Mirzóev, entendí que nos utilizaban en beneficio de otro país, es decir, de Ucrania, que no tiene nada que ver con el mundo musulmán, pero que estaba resolviendo algunos de sus problemas en el territorio de Rusia con la ayuda de otros.
Los miembros del movimiento extremista (Estado Islámico del Gran) Jorasán (pertenece al ala afgana del grupo Daesh, autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia por terrorismo) solo coordinaban nuestras acciones por orden de un organismo estatal de Ucrania, lo que confirmó el propio (coordinador) ‘Saifullo», dijo uno de los acusados durante el interrogatorio.
Dado que el autor intelectual del atentado es un organismo estatal ucraniano, ‘las armas llegaron a Moscú desde territorio ucraniano’.
‘Resultaba más fácil conseguirlas así que desde otros países, como Turquía y Afganistán, donde se encontraban nuestros coordinadores. Además, teníamos una pistola Makárov y cuatro cuchillos, uno para cada uno. Los cuchillos fueron adquiridos por Fariduní’, indica el testimonio.
Rachabalizodá, por su parte, también señaló a Kiev y Estado Islámico del Gran Jorasán como responsables de la autoría intelectual del ataque terrorista.
El 21 de marzo de 2024, ‘Saifullo’ envió un mensaje de voz a Fariduní, afirmando que aún nos necesitaba, que era demasiado temprano para que nos muriéramos y que una vez cometido el ataque terrorista en Crocus City Hall, deberíamos irnos a Kiev, es decir, al territorio de la república de Ucrania, donde, al reunirnos con los ucranianos, recibiríamos un millón de rublos (unos 13.000 dólares al cambio actual) cada uno por nuestro trabajo, es decir, por el atentado’, reveló.
Para lograr huir a territorio ucraniano, los terroristas debían primero reunirse con ‘un grupo’ de cómplices en la provincia rusa de Briansk, limítrofe con Ucrania, prosiguió Rachabalizodá.
A su vez, el abogado Ígor Trunov, que representa los intereses de 95 familias de las víctimas, dijo que los autores materiales también señalaron a otros países hostiles como clientes en este caso, y, según el testimonio, ‘estos países financian el terrorismo para dañar a Rusia’.
El pasado 23 de junio, la portavoz del Comité de Investigación de Rusia, Svetlana Petrenko, anunció que el organismo había finalizado la investigación del ataque terrorista en Crocus City Hall.
Según la investigación, el ataque ‘fue cometido en interés del actual liderazgo de Ucrania con el objetivo de desestabilizar la situación política’ en Rusia.
La investigación apunta a que la preparación comenzó meses antes del atentado y que varios de los acusados llegaron desde el extranjero tras haber recibido entrenamiento inicial.
Además, se descubrió que algunos acusados planeaban cometer un segundo atentado en un centro de entretenimiento en la república rusa de Daguestán, crimen que fue frustrado por las fuerzas de seguridad rusas, reveló Petrenko.
El 22 de marzo de 2024, un comando de hombres armados disparó contra una multitud reunida para un concierto de rock en la sala Crocus City Hall, ubicada al noroeste de Moscú, e incendió el recinto dejando a 149 muertos y más de 600 heridos.
El presidente ruso, Vladímir Putin, reconoció que el ataque fue obra de islamistas radicales, pero supuso que podría ser un eslabón en una cadena de operaciones que se llevan a cabo contra Rusia desde 2014 ‘con las manos del régimen neonazi de Kiev’.
Según el Servicio Federal de Seguridad ruso, después del atentado los terroristas intentaron huir hacia la frontera entre Rusia y Ucrania. Ucrania negó de plano su implicación en el ataque. (Sputnik)