Holguín.- Expongo aquí una declaración de principios que hice alguna vez, pero que el momento arduo que atravesamos hace necesaria su corroboración. Ante declaraciones que desconocen la diversidad de ideas, limitan el pensamiento crítico, se arrogan la revolución como una propiedad privada de quienes se adhieren a un único dogma que niega la dialéctica de la vida y arremeten contra los que ejercemos la crítica y el derecho a participar en la vida cívica del país, expongo mi postura. No me mueve ningún sentimiento heroico, al contrario, solo la humildad del que ama la vida, el bien y el prójimo.
No crítico los males actuales por deseos de retornar al pasado. Sé las penurias y abusos que se cometieron. Pero un exceso no justifica otro.
Para nada abogo por anexarnos a ningún imperio: ni estadounidense, ni chino ni ruso. Solo al Imperio del decoro humano y el respeto a mis semejantes por encima de cualquier diferencia.
No critico lo mal hecho por afán de dinero sucio, no soy mercenario ni mafioso. No acepto dinero de ningún bando por cumplir mi actitud cívica lo. Lo que gano, muy poco, viene de mi capacidad y mi esfuerzo profesional que solo se lo debo al estímulo de mis padres y a mi esfuerzo de superación.
Me guía el pensamiento humanista y democrático de muchos iluminados como Gandhi, Mandela y Martín Luther King y, sobre todo, mi vocación martiana de ser honrado y decir la verdad con el fin de hallar los modos de construir una patria fraternal y próspera, con todos y por el bien de todos.
PARA ELLO ME GUÍO POR ESTOS PRINCIPIOS:
1. Soy un humanista, nada humano me es ajeno, trabajo a favor de todo lo que beneficia al ser humano y en contra de todo lo que lo limita o degrada.
2. Soy un revolucionario demócrata martiano y aspiro a la mayor cantidad de bien material y espiritual posibles obtenidos con trabajo y decoro, para el beneficio de todos mis compatriotas.
3. Creo en una política generosa, dialéctica, inclusiva, participativa, progresista que se enfoque con tesón y probidad en garantizar la prosperidad y la felicidad de nuestros conciudadanos.
4. Estoy en oposición a todas las posturas falsas, dogmáticas, fanáticas, fetichistas y fundamentalistas que esterilizan y fosilizan la inteligencia y la sensibilidad humanas.
5. Soy antiimperialista y anticolonialista en el sentido más amplio y contrario a toda injerencia de nación alguna en los asuntos de otra.
6. Me opongo a cualquier oligarquía, populismo demagógico, totalitarismo, autoritarismo y autocracia que vacíe de sentido, oportunidad y realización plena y propia la existencia de cada ser humano.
7. Estoy contra toda discriminación que lesione los derechos humanos, sea ideológica, económica, racial, religiosa, sexual o clasista.
8. Soy contrario a cualquier tipo de monopolio económico, social o político que coarte las posibilidades de otros al bienestar y el desarrollo.
9. Rechazo todo oportunismo, corrupción, clientelismo, nepotismo y mercenarismo que les conceda a unos poder y prebendas en detrimento de los marginados de esa maquinaria de dominación.
10. Creo que el desarrollo y la prosperidad sostenibles y sistemáticos son viables si se estimulan la iniciativa individual, los emprendimientos fructíferos y las asociaciones espontánea y libremente concebidas.
11. Creo que todas las personas podemos convivir en armonía si se concilian las diferencias y se respetan los derechos de cada cual.
12. Creo que el bien es posible si abrazamos la cordura, el conocimiento, la humildad, la solidaridad, la cooperación y la generosidad sin pretensiones de prevalecer sobre nadie sino simplemente de ser todos en igualdad de posibilidades beneficiarios del gozo y la belleza de la vida.