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Por Anette Espinosa ()
La Habana.- Aún hay personas en Cuba que solo creen lo que dice la prensa oficialista, sobre todo el Noticiero de Televisión o el diario Granma, y esos son los mismos que consideran a Nicolás Maduro ganador legítimo de las elecciones en Venezuela, o que piensan que esta isla está mala, pero mucho mejor que otros países, entre ellos Estados Unidos, porque allí no se puede vivir, por la violencia, por ejemplo.
Les voy a contar una historia que acabo de vivir, y que refleja, con claridad absoluta, el mal que le ha hecho el castrismo a nuestros padres, abuelos, y a muchos de nosotros.
Fui a buscar el pan a la panadería. La vendedora, que ya tiene más de 60 años y que está en el mismo puesto desde que yo llegué a este mundo, siempre con un viejo radio con alguna música y noticias, conversaba con una señora, también mayor, que ya tenía dos panes casi mohosos en una bolsita de nylon transparente, donde también estaba la libreta de la bodega y unos billetes sueltos.
-¿Viste, Mary, lo que pasó en un pueblito de Ciego de Ávila, donde dice que mataron a dos familias para robarlas?
-No, no he visto, ni he escuchado nada -le responde la vendedora-. Y si yo no he escuchado nada, que siempre estoy al día con la noticia, debe ser mentira.
-Lo leí en las redes. Desde ayer lo leí. Dicen que fue un crimen atroz…
-Debe ser mentira, Clara. Esas cosas en Cuba no pasan. Ni que viviéramos en Estados Unidos, donde hay crímenes a diario, sobre todo con armas de fuego…
-Dice mi nieto, que se pasa el día en las redes, que hasta salió en el periódico de Ciego de Ávila.
-No le hagas caso a los muchachos. Se la pasan leyendo cosas que no deberían, en lugar de informarse por medios serios, como Radio Reloj, el Noticiero o el Granma, que nunca ocultan las cosas, para que estemos preparados.
-Pero hay más personas que lo dicen…
-Yo no le voy a cree a nadie, y ya sabes que yo siempre estoy arriba de la bola, y que me las sé todas.
-De todas formas, yo creo que hay que cuidarse más, y tener mucho cuidado en las casas, porque creo que los muertos ocurrieron porque quisieron robarles…
-Si quieres, ten cuidado tú, porque yo estoy tranquila. Somos el país más seguro del mundo, donde mejor se enfrenta el delito, y tenemos una policía entre las mejores del mundo.
-De todas formas, averigua, que yo creo que es verdad.
-En un rato pasará por acá una patrulla que viene cada día a buscar dos panes para merendar y yo les pregunto.
-Y me dices… para tener certeza también yo, porque ya no se le puede creer a nadie…
En eso, yo, que ya llevaba un ratico escuchando la conversación, después de comprar mis cuatro panes, entro en la conversación:
-Es cierto. Mataron a un bebé, su mamá, y a la familia del lado: una mujer y un jovencito de 17 años.
-¿Quién te lo dijo? -me peguntó inquisitivamente la bodeguera.
-Lo sé. Tengo vías de información muy fiables, y no son precisamente el Granma, el Noticiero o tus emisoras de radio, que nunca dicen nada.
-Por eso se corren las bolas -dijo la otra-. Si no tienes certeza, o fuentes, como dicen en la televisión, no puedes decirlo.
-Ella tiene fuentes, -dijo la bodeguera de nuevo e hizo una seña a la otra, que comenzó la retirada- ella lee cosas que nosotros no leemos para no enfermarnos el alma.
Me hice la que no escuché la directa, le di la vuelta al coche del niño y mientras le limpiaba la nariz sentí como la bodeguera movió el dial de su radio y ponía Radio Reloj, mientras balbuceaba unas palabras ininteligibles, que interpreté como «voy a ver si es verdad que pasó en Ciego de Ávila, porque ya estoy cansada de rumores».
Mientras regresaba a casa, pensaba en la orfandad de los cubanos en cuanto a información veraz, como culpa de un sistema que oculta las verdades para que sus habitantes crean que viven en el paraíso, o al menos para que consideren que hay otros lugares peores.
«Porca prensa…» pensé para mí.