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La Habana.- Si los cubanos estamos en economía de guerra desde hace muchos años, por qué al gobierno se le ocurrió ahora declararlo oficialmente, justo cuando no tiene nada que vender en las bodegas y cuando arrecia la persecución contra las mipymes.
Los que gobiernan Cuba parecen tontos, pero no lo son. Son más hijos de puta que lerdos. Solo que se manejan según vengan las aguas, para ir capeando el temporal, y si hasta ahora creyeron que podrían solventar la situación, ya se dieron cuenta de que todo es irreversible, y apelan al término economía de guerra para meter miedo y, de paso, estirar su presencia en el poder.
En esa situación, por su mente febril pasa que ningún cubano vaya a protestar porque sus hijos no tienen comida, porque no hay compotas para los bebés, porque no hay leche para los que tienen siete años ya, incluso para los menores.
Si no llega leche en polvo, esa miseria que venden en las bodegas para los más chicos, como estamos en economía de guerra, no habrá que dar muchas explicaciones.
Si la gente comienza a morir de ahmbre, como ha ocurrido ya con muchos cubanos, nadie podrá decir nada, porque la situación del país es similar a la de uno agredido, cuyas industrias y campos han sido asoladas por bombardeos enemigos, y no ha quedado, para decirlo en plata cubana, «ni donde amarrar la chiva».
La economía de guerra, eso sí, no incluye a los dirigentes. Esos seguirán dándose la buena vida. Sus desayunos, no importa el rango del dirigente, serán similares a los del Palacio de Windsor, por ejemplo. Sus almuerzos como los del Palacio de Buckingham, y las cenas como las del Palacio de la Zarzuela.
Los dirigentes cubanos, sus familiares y sus protegidos viven como reyes. Y los reyes, ya sabemos, comen bien aún en tiempos de guerra. Lo de tierra arrasada e improductiva es para otros. Son otros, la mayoría inmensa, los que pagarán las culpas de un gobierno incapaz de resolver las situaciones más elementales.
La economía de guerra justificará muchas cosas, pero, sobre todo, la muerte de hambre de muchos cubanos. Ya veremos.
(Aah, y después la prensa cubana dirá que millones de niños en el mundo se acuestan sin comer y que hay hambruna en cualquier otro lugar)