Por Manuel Viera
La Habana.- Mientras veo a mi esposa forrar los libros y libretas de mi hija, trato de recordar en qué momento comenzamos a forrar libros. Y desde que tengo uso de razón, he forrado los libros de la escuela. Es más, si no los forras, te regañan.
Cuando estudié en los Camilitos, me obligaron, incluso, a forrar todos los libros que llevé para la escuela donde había creado una especie de biblioteca en mi aula con libros de Martí, de ajedrez y medicina. Por aquel entonces me gustaba mucho la medicina.
El tema es que he tenido miles de libros en mi vida y solo he forrado los libros de la escuela. De hecho, disfruto mucho de las cubiertas de los libros y de las carátulas de las libretas. Las hay muy fuertes y con diseños preciosos.
Entonces, me pregunto: ¿Forramos libros solo acá en Cuba por algo que es ya una tradición? ¿lo hacemos para proteger los libros y que puedan ser usados en el siguiente curso? ¿O lo hacemos para que se vean mejor dado el grado de deterioro que generalmente presentan? ¿Forramos libros solo en Cuba o fuera de Cuba también se acostumbra o se exige a los estudiantes?
Post Views: 120