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POMPEYO, EL GRANDE

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Por Edi Libedinsky ()
Buenos Aires.- Para cuando tenía 25 años, Gneo Pompeyo (conocido en la historia como Pompeyo) había ganado una reputación como un general talentoso y brillante.
Tras liderar sus tropas hacia victorias aplastantes y brutales en Sicilia y Norte de África durante la Segunda Guerra Civil de la República Romana, los hombres de Pompeyo comenzaron a llamarlo «Magnus» («el grande»), lo que Pompeyo incorporó a su nombre, convirtiéndose en Pompeyo el Grande.
Pompeyo continuó cosechando éxitos, ganando batallas en Hispania durante la Guerra Sertoriana, ayudando a aplastar la revuelta de esclavos liderada por Espartaco y, esencialmente, erradicando la piratería en el mar Mediterráneo.
También utilizó su influencia y popularidad para hacer que sus victorias fueran celebradas en tres «triunfos» separados —grandes celebraciones públicas que incluían banquetes, juegos y procesiones impresionantes— lo que aumentó su ya inmensa estima pública.
Para entonces, Pompeyo era considerado popularmente como el conquistador de tres continentes (África, Asia y Europa) y sus victorias habían aumentado considerablemente no solo su riqueza personal, sino también la riqueza de la República. Pompeyo se había convertido en el hombre más popular de Roma.
Pero mientras la estrella de Pompeyo brillaba, también lo hacía la de Julio César. Alrededor del 59 a.C., Pompeyo y César formaron una alianza política con Marco Licinio Craso (el hombre más rico de Roma) y los tres hombres llegaron a ser conocidos como el Primer Triunvirato— un acuerdo de reparto de poder que evitaba que alguno de ellos se volviera dominante, mientras mantenía la influencia de los tres. Para consolidar aún más la relación, Pompeyo se casó con Julia, la hija de César.
Una alianza entre personalidades tan ambiciosas era necesariamente frágil y comenzó a desmoronarse en el 54 a.C. Primero, Julia murió al dar a luz, y luego, ocho meses después, Craso fue asesinado en batalla.
Con la República dividiéndose peligrosamente en facciones pro-Pompeyo y pro-César, un Senado preocupado exigió que ambos generales (quienes para entonces desconfiaban profundamente el uno del otro) depusieran las armas y renunciaran a sus mandos. En cambio, con Roma descendiendo a la guerra civil, en enero del 49 a.C., César llevó a sus hombres a cruzar el Rubicón.
Una serie de batallas entre las fuerzas comandadas por los ilustres generales culminó en la Batalla de Farsalia, en Grecia, en el 48 a.C., donde César, a pesar de estar en desventaja numérica, obtuvo una victoria decisiva.
Pompeyo huyó a Egipto, donde fue traicionado y asesinado —un destino que César compartiría algún día.
Pompeyo el Grande, nacido el 29 de septiembre del 106 a.C., fue asesinado el 28 de septiembre del 48 a.C., el día antes de su 58 cumpleaños.
(La imagen es una reconstrucción facial de Pompeyo el Grande realizada por el artista Alessandro Tomasi)

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