Varadero.- La especialización del pitcheo y la sabermetría han hecho que ya no se vean aquellos brazos de hierro de antaño. Los pitchers que lanzaban 300 entradas en una temporada quedaron extintos hace 43 años, en 1980.
El último lanzador en tirar 300 entradas en un mismo año fue el mítico Steve Carlton en 1980. Hasta ese momento era normal que cada campaña hubiese lanzadores con esa cantidad de inning lanzados.
Antes de 1980, solamente en el período de 1957 a 1961 y en los años 1930, 1931, 1937, 1942 y 1947 nadie lanzó esa cantidad de entradas.
Pero no sólo eso, después de Carlton en el 80, sólo tres lanzadores han pasado de los 290 innings: el propio Steve en 1982 con 295, Jack Morris en 1983 con 292 y Bert Blyleven en 1985 con 293. Incluso sólo cinco lanzadores han podido llegar a 300 entradas sumando la temporada regular y la postemporada: Curt Schilling (Diamondbacks) en 2001, Steve Carlton (Philadelphia) 1983, John Tudor (San Louis) 1985, Orel Hershiser (Los Ángeles Dodgers) 1988, y Dave Stewart (Oakland) 1988.
De aquí que se haga difícil también que los lanzadores lleguen a 20 victorias. Hasta el 2005, el promedio era de un mínimo de cuatro con 20 victorias, después del 2005, sólo en 2008 y 2012 hubo cuatro ganadores de 20 juegos en esos años.
Tiene su lógica: al tirar menos entradas y con los días de descanso establecidos en las rotaciones cada vez más los abridores salen de juego sin decisión. En los últimos 10 años sólo 15 lanzadores han ganado 20 juegos en una temporada y en lo que va de la presente década sólo tres.
Como dato curioso, sólo dos lanzadores en la era moderna, a partir de 1920, han tenido al menos una veintena de triunfos o más, y 20 reveses o más, en una misma campaña: Wilbur Wood en 1973 y Phil Niekro en 1979.
Para tener la posibilidad numérica de llegar a estas cifras, un pitcher debe tener un mínimo de 40 aperturas durante la temporada, lo cual pocos alcanzan. El último serpentinero en haber iniciado 40 juegos en una campaña fue Charlie Hough en 1987, terminando con un récord de 18 ganados y 13 perdidos.
Los 300 innings en una temporada completa es algo que no volveremos a ver y cada vez se hace más difícil ver a lanzadores con más de 40 aperturas y 20 juegos ganados. Éste, señores, es el béisbol moderno.
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