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PARA MENTIR, SE NECESITA INTELIGENCIA Y ASTUCIA

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Por Joel Fonte

La Habana.- Los líderes del Tercer Reich -último imperio alemán- dejaron con sus actos una estela de aproximadamente 55 millones de muertos en la Segunda Guerra Mundial. Este mes que termina cumplió 80 años de su fin. Solamente la catástrofe que supuso el holocausto judío cobró la vida de unos seis millones de hijos de ese pueblo.

Pero, ¿quiénes fueron aquellos hombres capaces de tanto horror?.¿ Lograron el poder por la fuerza? ¿No tenían cualidades?.

Hitler no llegó al poder como golpista, no empleó la fuerza

Su astucia le hizo advertir el agotamiento del pueblo alemán con la República que emergió de la Primera Guerra Mundial. Aprovechó ese descontento a su favor. Pero recorrió un largo camino de 10 años para engañar al más culto pueblo de Europa.

Fue capaz de aglutinar en torno a él a hombres.de.elevada inteligencia. Entre los más destacados de los líderes nazis, están Joachim Vom Ribbentrop, ministro de exteriores del Fuhrer; Heinrich Himmler; Reinhard Heydrich, jefe de la Gestapo del nacionalsocialismo; Hermann Goering, segundo al mando del nazismo; Joseph Goebbels, ministro de propaganda.

Todos ellos eran hombres con rasgos no comunes. Poseían capacidades organizativas, dotes para la ejecución, la planificación. Además, eran hombres con capacidad extraordinaria para influir en las masas.

Del propio Hitler, su ministro de propaganda, Goebbels, que era un orador nato, capaz de mantener en vilo a cientos de miles de personas concentrados para escuchar sus arengas, decía que tenía cualidades casi místicas. Hasta el último momento le rindió una lealtad total.

Todos ellos mintieron y llevaron a esos millones de seres humanos a una matanza universal. Al principio, convencieron a los arreados de que era justo. Luego los persuadieron de que era inevitable.

Y en sus últimas horas, unos frente al suicidio, y otros frente a la horca, siguieron mintiendo…

Sería mezquino ensalzar la figura de un genocida. No es ese el fin. Solo quiero destacar el hecho de que aquellos líderes que guiaron a millones de hombres, incluso, al matadero, poseían rasgos excepcionales. Tenían cualidades que emplearon para hacer el mal, pero que los destacaban por sobre la masa.

Y quiero destacar el hecho de cómo Cuba, en contraposición, ha sido controlada y sometida. Su economía ha sido destruida, y su pueblo ha sido mutilado y exterminado lentamente. Quienes han protagonizado este genocidio no pasaron de ser unos rufianes, cuya ‘cualidad’ estuvo solo en tomar el poder por la fuerza.

Todavía hoy vemos a individuos desprovistos de todo liderazgo, manifiestamente serviles al apellido Castro. Nos preguntamos cómo, avanzado ya un cuarto de este siglo, seguimos siendo víctimas de su estupidez siniestra. Lo somos también de su mediocridad lacaya, del oportunismo y la corrupción de sujetos cuya historia está en reptar. Cuánto más tardaremos en descubrir lo fuerte que somos como pueblo frente a esos individuos tan débiles. Ellos solo tienen contra nosotros el recurso de la fuerza.

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